Vie 09.10.2015

DEPORTES  › OPINIóN

La pelota y la podredumbre

› Por Facundo Martínez

Las Eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Rusia 2018, sospechado al igual que el adjudicado a Qatar 2022 por la compraventa de votos, se pusieron ayer en marcha. Resulta difícil imaginar que el movimiento de la pelota detenga la inmensa crisis institucional que atraviesan la FIFA y algunas de sus confederaciones asociadas, como la Conmebol y la Concacaf, e incluso ahora la UEFA. No esta vez.

La investigaciones llevadas a cabo por la Justicia de los Estados Unidos. a raíz del pago de sobornos para la adjudicación de los derechos de televisación de la Copa América Centenario que se realizará el año próximo en el país del Norte, y las investigaciones que realizó también la Justicia suiza, que acaba de procesar a Joseph Blatter, acusado de firmar un contrato “desfavorable” a la FIFA y de realizar un “pago desleal” al presidente de la UEFA, el francés Michel Platini, procesado también por aceptar esos más de dos millones dólares, se presentan como el comienzo y el fin de la avalancha que terminó cayéndole encima a Blatter, viejo socio de Julio Grondona, y también ex secretario del brasileño Joao Havelange. La suspensión por 90 días que le aplicó ayer a Blatter el Comité de Etica de la FIFA, y que incluyó también al actual presidente de la UEFA, sumada a la expulsión que apenas unos días atrás sufriera el ex secretario general Jerome Valcke, acusado de revender entradas durante el Mundial de Brasil, son síntomas que dan cuenta del estado de descomposición que atraviesa por estas horas el fútbol mundial.

Los primeras quejas llegaron del lado de los sponsors, que invierten fuerte en el universo de la pelota; firmas como Coca Cola, Mc Donald’s, Hyundai, entre otros, ya alertaron sobre el daño que este escenario de escándalos por corrupción puede causar sobre la imagen que pretende dar a los consumidores a partir de sus respectivos vínculos con el fútbol.

Tampoco la AFA está exenta de los tiempos tormentosos que se avecinan. Conforme avancen las investigaciones, que ya involucraron a los empresarios argentinos Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis, el tufillo de la descomposición bien podría comenzar a sentirse en los pasillos de la Casa de la calle Viamonte, donde en breve Luis Segura y Marcelo Tinelli cocinarán el estofado que se pondrá sobre la mesa de la dirigencia. Difícil que en este chiquero generalizado la pelota no se manche, por más que, como cada vez que arranca el camino que conduce al sueño máximo de ganar otro mundial, la ilusión nuble un poco la mirada.

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