Nueva Zelanda y Sudáfrica, dos dobles campeones del mundo, se enfrentarán hoy en el estadio de Twickenham, desde las 12, con la final de la Copa del Mundo en el horizonte, en el duelo entre dos de las mayores potencias en el rugby mundial. Los All Blacks, defensores del título logrado en su país hace cuatro años, parten como favoritos para el triunfo frente a unos Springboks que han ido de menos a más en Inglaterra 2015. Los dirigidos por Steve Hansen, después de sufrir en el encuentro inaugural ante los Pumas (26-16), se han paseado durante el resto el campeonato, incluido el choque de cuartos de final ante Francia, a la que derrotaron por un contundente 62-13.

Esta Nueva Zelanda, considerada por muchos como el mejor equipo de la historia, busca repetir el triunfo de 2011, y para ello cuenta no sólo con jugadores que han superado los 100 tests, como Richie McCaw y Daniel Carter, sino con algunos de los nombres más en forma en la actualidad, como Julian Savea y Nehe Milner-Skudder. “El del sábado (por hoy) será un partido en el que hay que salir a morir, y estoy seguro de que ambos equipos querrán lograr el pase a la final. Como grupo, estamos deseando enfrentarnos a este desafío”, dijo Hansen.

“Queremos hacer un partido del que estemos orgullosos. Este grupo tiene expectativas muy altas y disfruta jugando en los grandes escenarios”, subrayó. El único cambio que decidió Hansen es el del pilar Joe Moody en reemplazo del lesionado Wyat Crockett, que tuvo que retirarse del partido frente a Francia por unas dolencias en la ingle.