Dom 08.11.2015

DEPORTES  › LOS PROBLEMAS QUE DEBERA AFRONTAR EL PROXIMO MANDAMAS

La AFA que gobernarán Segura o Tinelli

Sospechada de corrupción, sin liquidez y en vías de endeudarse, es un botín político con pronóstico económico reservado. ¿Qué pasaría si en la elección hay empate?

› Por Gustavo Veiga

La AFA que se disputan Luis Segura y Marcelo Tinelli es un botín político, pero también un acertijo económico de difícil pronóstico. Sus problemas por falta de liquidez son inocultables. Los juicios en contra también. Contratos a largo plazo firmados con los sponsors se están revisando. Veedores designados por la jueza María Servini de Cubría pusieron su mira sobre 9 mil cheques que, en varios casos, tuvieron un dudoso destino. Los clubes siguen pidiendo adelantos a cuenta de los derechos de TV para suavizar sus deudas. En la asamblea del pasado 22 de octubre se autorizó al Comité Ejecutivo para que pida préstamos hasta un máximo de 350 millones de pesos. Y ni siquiera pesa que el último balance haya arrojado un superávit de 6.136.011 pesos. En ese marco, el fútbol argentino va hacia los comicios más reñidos de su historia. Los candidatos necesitan 38 votos para llegar a la presidencia. ¿Qué definición insólita tendría la elección si hay empate? Todo puede pasar diría Julio Grondona, el hombre que dejó el trono vacante después de ocuparlo durante 36 años de gobierno ininterrumpido.

En la AFA no están en juego dos proyectos antagónicos, ni siquiera dos miradas muy diferentes sobre muchos problemas del fútbol. En sus propuestas, Tinelli y Segura sugieren cosas bastante parecidas. Por ejemplo: mantener el Fútbol para Todos, aunque optimizando los ingresos y obviedades voluntaristas como que se puede mejorar la seguridad en las canchas cuando la impericia o complicidad de la dirigencia con los violentos indican todo lo contrario. El que gane, asumirá el cargo el 4 de diciembre próximo y gobernará hasta el 25 de octubre de 2019. Algo menos de cuatro años porque la elección –como venía sucediendo– no se produjo el mes pasado.

“El principal problema que tenemos es económico. Eso significa que falta liquidez, que las deudas con los jugadores siguen y por eso los clubes continúan pidiendo dinero prestado a cuenta de derechos de TV que la AFA saca de otro lado, como sus contratos de publicidad, ya que recibe un porcentaje mínimo del Fútbol para Todos”, describió para Página/12 un empleado jerárquico de la casa.

Las demandas contra la asociación son recurrentes y ensombrecen su futuro. Al juicio multimillonario del Grupo Clarín por la rescisión del contrato televisivo en 2009, se agrega otro de GMI, una sociedad del empresario Gustavo Mascardi, que le reclamó a la asociación el 10 por ciento de los ingresos del Fútbol para Todos en una Corte de Estados Unidos. La AFA tiene un alto nivel de litigios. Muchos fueron iniciados por los árbitros en la justicia laboral.

Alberto Piotti, Horacio della Rocca y Alicia López son los veedores judiciales que designó Servini de Cubría para investigar las cuentas después de que la diputada porteña Graciela Ocaña presentara una denuncia contra el Programa Fútbol para Todos. En la AFA consideran a ese triunvirato “una especie de intervención” que controla cheques todo el tiempo, cada vez que se deposita uno. Hay 9 mil que están bajo sospecha. Algunos terminaron en cuevas financieras. Otros en empresas que no tienen relación con el fútbol. La Auditoría General de la Nación investiga lo mismo.

Es evidente la falta de supervisión del estado nacional a los fondos del FPT y a lo que derivó de ello: su mala utilización por los clubes o la AFA. Pero eso también alienta especulaciones interesadas de los medios opositores al gobierno de Cristina Kirchner. La principal es que el empresario Alejandro Burzaco, detenido en Estados Unidos, podría complicar a funcionarios o a dirigentes de la AFA cuando declare el próximo 18 de noviembre en la causa por el escándalo de la FIFA. Nada o casi nada dicen sobre el pasado del ex CEO de Torneos y Competencias (TyC) asociado a Clarín en dos compañías. Lo reconoce ese diario en un artículo del 19 de julio de 2011: “Tanto TSC como Trisa son empresas cuya propiedad ejercen por mitades el Grupo Clarín y Torneos y Competencias”. Burzaco, está claro, continúa siendo una presencia incómoda.

Un corsé del que intenta salir la AFA son los contratos de vigencia muy extendida que mantiene con firmas como Coca Cola (hasta el 2030) o Adidas (2022). “Estamos revisando todo. Los contratos están en estudio y tendremos reuniones con todas las empresas”, había anunciado Segura en conferencia de prensa en septiembre pasado. Santa Mónica, la compañía que maneja los convenios de publicidad de la AFA, es otra que está en la mira. Un porcentaje le pertenecería a Burzaco. Todos tienen que ver con todos.

Habida cuenta del fracaso de los encuestadores en comicios nacionales más importantes, definir hoy quién ganaría la presidencia de la AFA el 3 de diciembre, sería un acto temerario. Segura y Tinelli se arrogan la mayoría para la votación. El primero apoyado en los votos de las Ligas del interior y categorías que lo respaldan en masa como la B Metropolitana. El conductor de TV en la mayoría de los clubes de Primera División, la C y algunas instituciones muy populares del interior que responden políticamente a determinados gobernadores del Frente para la Victoria.

Hoy habría una ligera ventaja para Segura. Pero se podría revertir si Daniel Scioli gana el ballottage del 22 de noviembre. Tinelli aspira a que el candidato presidencial juegue un papel decisivo a su favor. Pero perdió de vista un detalle curioso.

En elecciones tan reñidas como las que se anticipan, si existiera la necesidad de desempatar la votación secreta de los 75 asambleístas en la AFA, el encargado de hacerlo por reglamento es el presidente. Lo dice el estatuto: “En caso de empate en la votación, la misma se decidirá: a) por el voto del presidente o del vicepresidente 1º o 2º, en su caso”.

A Segura le corresponde ese derecho. Pero no sería muy ético que lo ejerza al ser parte interesada. La paradoja es que, si hubiera una igualdad en los comicios y decidiera delegar su voto en el vicepresidente 1 del Comité Ejecutivo, Rodolfo D’Onofrio, perdería la elección. El máximo dirigente de River ya anunció que elegirá a Tinelli.

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