Lionel Messi espera cerrar “un año inolvidable” con la obtención del Mundial de Clubes y admitió que además de jugar por el título lo “motiva” enfrentar a River, al que definió como un “grande” a nivel internacional en el que pudo haber jugado.

El goleador argentino no se conforma con haber conquistado la Champions League, la Liga, la Copa del Rey y la Supercopa de Europa. Tampoco con la posibilidad de alcanzar por quinta vez el Balón de Oro que otorgan FIFA y France Foot Ball. Tiene el certamen mundial de equipos, en el que debutará con Barcelona el jueves a las 7.30 ante Guangzhou Evergrande de China, entre ceja y ceja. Y esta abultada cosecha, que buscará ampliar, lo llevó a recordar la temporada 2009 bajo la conducción de Josep Guardiola.

“La vez que nos tocó ganarlo todo con Guardiola parecía irrepetible, realmente no sabíamos si algún día íbamos a poder repetirlo. Y aquí estamos. Ahora lo que nos queda es terminar el año de la mejor manera posible para que sea inolvidable”, sostuvo el rosarino en una entrevista publicada por FIFA.com. El conjunto catalán vuelve a jugar una final de Mundial de Clubes luego de cuatro años, cuando en 2011 cuando goleó 40 al Santos que tenía en sus filas a Neymar, su compañero en la actualidad.

“Ya entonces era un grandísimo jugador y hoy en día lo es mucho más todavía, mucho más completo. La verdad que es un gusto y un privilegio tenerlo de nuestro lado ahora”, destacó sobre el astro brasileño. A su vez, analizó la posibilidad de enfrentar por segundo vez a un equipo argentino, luego de la experiencia de la final del Mundial de Clubes de 2009 ante Estudiantes, en la que el duelo se definió en la prórroga con un gol de pecho de su factura.

“Es una sensación rara”, admitió, al tiempo que recordó que el elenco platense planteó un encuentro “durísimo”. También dijo que jugar con River “es algo que me motiva” porque “es un equipo gran de nivel mundial y creo que si jugamos contra ellos va a ser un buen partido”. También reconoció que pudo haber jugado en este club. “Hace mucho tiempo de eso ya. Al final no sucedió, pero sí es verdad que se dio la posibilidad cuando yo era muy chiquito”, indicó, aunque no quiso aclarar que esta institución no apostó por costear el tratamiento para el problema de crecimiento que tenía.

Volviendo a la cita intercontinental, el plantel de Barcelona completó ayer su primer entrenamiento en Japón, de cara a su debut ante el conjunto chino dirigido el brasileño Luis Felipe Scolari, en Yokohama. Se movió de manera suave en el estadio Mitsuzawa y del total de 23 jugadores, los únicos que hicieron movimientos diferenciados fueron Neymar y Douglas, quienes se recuperan de sendas lesiones.

La particularidad del entrenamiento la dieron unos 250 niños de la filial japonesa del Barcelona, la FCBEscola Futsushika, que aportaron aliento y gritaron los goles de las estrellas del club español. Uno de ellos, del propio Messi, de larga distancia, en un arco de dimensiones reducidas.