Luego del lunes agitado en Independiente, con las declaraciones de Bruno Marioni en las que confirmó su entredicho con el entrenador Osvaldo Sosa y del reclamo del pago de los sueldos por parte del plantel, el presidente Andrés Ducatenzeiler intentó ayer bajar un mensaje de tranquilidad. El titular del club les prometió a los jugadores que la semana que viene pagará parte de la deuda, con lo que consiguió aplacar la intención de parar que habían sostenido los futbolistas.
Tras el entrenamiento de la mañana, Ducatenzeiler mantuvo una reunión de una hora con los jugadores y con el cuerpo técnico. En el encuentro les dio su palabra de que a partir de la semana que viene comenzarán a abonar los sueldos atrasados, y así evitó que el plantel iniciara una huelga. A pesar del reclamo, el presidente aseguró que “ningún jugador” le manifestó la intención de parar y que “no hubo cuestionamientos”.
Ducatenzeiler aprovechó la ocasión para proclamar un nuevo desarrollo en la política de la entidad. Según el dirigente, a partir de su gestión, Independiente dejará de ser “un centro de negocios abierto a todo el mundo”. “La institución entró en un cambio profundo de modelo de club, en donde todos los que no son confiables deben comenzar a serlo, y los jugadores así lo entendieron”, afirmó el presidente, que indicó que no tiene intención de separar de su cargo a Sosa. “Acá se tuvo que ir Oscar Ruggeri cuando estaba haciendo una buena campaña”, señaló. “Echar a Sosa sería una falta de respeto a la realidad, porque el técnico actual no tiene responsabilidad más allá de lo futbolístico”, indicó el titular rojo. Habrá que ver qué sucede si Independiente no supera como local el viernes a Rafaela.