Huracán le ganó con comodidad a San Lorenzo por 3-1, en un clásico porteño que se volvió a jugar en Mar del Plata luego de 42 años. El conjunto de Parque Patricios mantuvo el ritmo que evidenció al final de la campaña pasada, mientras que el equipo de Pablo Guede demostró que está en formación. El encuentro contó con un gran operativo de seguridad para impedir hechos de violencia entre las dos parcialidades, que llenaron las populares.

Luego de apelar a un mix de suplentes y juveniles en el debut ante Independiente, Guede paró el equipo titular en su primer clásico. Faltó Néstor Ortigoza, afectado por una molestia muscular, y Juan Mercier se paró como zaguero en el puesto que quedará para el colombiano Pedro Camilo Franco, el nuevo refuerzo. En el elenco de Parque Patricios se mantuvo la base que alcanzó la final de la Copa Sudamericana y el esquema 4-2-3-1. Mariano González, uno de los nuevos, se ubicó como doble cinco y el uruguayo Mario Risso, otro que debutó, lo hizo en el lugar de Hugo Nervo.

Desde el inicio San Lorenzo se adueñó del trámite con un esquema ofensivo. Esa superioridad se evidenció a los 12 minutos, cuando Marcos Díaz debió esforzarse para sacarle un cabezazo a Emmanuel Mas. Antes de los 20, Risso casi convierte un gol en contra, tras un centro de Barrientos, aunque su rechazo dio en el palo.

Frente a tanto adelantamiento, el conjunto de Eduardo Domínguez apeló al contraataque. Y cuando podía, además, presionaba bien alto para impedir la salida cómoda desde el fondo. Una de las premisas innegociables de Guede. Aunque no siempre lo conseguía y por eso se pudo ver a Mercier como un atacante a los 25 minutos, con una definición que se le fue alta. También lo intentó Romagnoli con un corner olímpico que dio en el travesaño y Mancinelli contestó con un cabezazo que salió desviado por poco.

Al final del primer tiempo, cuando las acciones se habían emparejado, apareció la jerarquía de Montenegro. El Rolfi, como en sus mejores épocas, marcó un tiro libre excepcional y logró la ventaja parcial.

Díaz, el héroe más reciente que adoptó Huracán, mantuvo la diferencia con otra volada. En este caso ante Villalba. Y luego de salvarse, el Globo pegó de contra con los socios del gol: desborde Espinoza y definición de lujo de Abila, que dejó en el camino a Torrico. Mientras San Lorenzo se intentaba acomodar, Espinoza volvió a acelerar ante un fondo que hacía agua y llegó el tercero, en contra de Caruzzo, tras un rebote en Torrico. Dolido por el resultado, el conjunto que sueña con la vuelta a Boedo fue por el descuento. Primero lo falló Blanco, luego Cauteruccio, que explotó el travesaño, y finalmente lo encontró Quignon de cabeza. Pero no alcanzó.