DEPORTES › LA ESPECIAL NOCHE DEL ASTRO ENTRE LAS ESTRELLAS DE LA NBA
Con una actuación en la que buscó más disfrutar que apuntar a buenos números, Kobe Bryant se despidió del Juego de las Estrellas de la NBA en el partido en el cual el equipo de la Conferencia Oeste le ganó a su similar del Este por 196-173, en Toronto, en la madrugada del lunes de nuestro país.
El jugador de Los Lakers completó su décimo octava participación con 10 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes en 27 minutos, aunque su planilla fue lo menos importante de la noche. Cuando restaban 66 segundos, el entrenador Gregg Popovich resolvió sacarlo por última vez en el juego para que Bryant se llevara la gran ovación de la noche. Al borde de las lágrimas, el astro del básquetbol se abrazó con sus compañeros y rivales y luego se fue con el brazo derecho en alto saludando al público.
Al momento de la presentación, Bryant fue el último en entrar en escena y resultó el más aplaudido de los 24 protagonistas por las casi 20.000 personas que colmaron el Air Canada Center. Ya había sido el más votado por los hinchas, con cerca de un millón novecientos adhesiones, casi trescientas mil más que Stephen Curry, el segundo más elegido.
Antes de comenzar el juego, los organizadores proyectaron un video que resumió la trayectoria de Bryant desde que Charlotte Hornets lo eligió en el puesto 13 del draft de 1996 hasta su último título con Los Angeles Lakers. Las imágenes mostraron a un joven Bryant con la camiseta 8 de los Lakers hasta colgándose la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Londres. Entonces apareció una leyenda con el recordado Magic Johnson para homenajearlo. “Kobe Bryant nos bendijo con veinte años increíbles, con tantos records como le fue posible. Es el primero en llegar a treinta millones de votos para Juegos de las Estrellas, con votos de todos ustedes. Es el máximo anotador en All Star, nadie logró más canastas que él y además es quien más robos consiguió”, destacó el ex astro de Los Lakers. “Kobe nos bendijo con poder verlo cinco veces campeón de la NBA. No habrá jamás otro Kobe Bryant. Todos de pie para que nos escuche”, cerró Johnson. Y el estadio no tardó en responderle al grito de “Kobe, Kobe, Kobe”.
Con timidez, con más ganas de sentarse que de hablar, Bryant se acercó al micrófono. “Quiero agradecer el apoyo. Esto es muy emocionante y soy un afortunado porque he estado en la NBA más de la mitad de mi vida”, indicó el homenajeado. “Es muy emocionante estar con estos jovencitos, que cuando empecé mi carrera eran unos niños. Y muchas gracias por todo, pero me voy a elongar”, cerró Bryant, con una sonrisa.
Antes del inicio de las acciones, el dueño de la noche tuvo tiempo de conversar con su hija Natalia. “Ve a sentarte con mamá y llévate la pelota”, le dijo a la niña antes de besarla. Luego fue a saludar e intercambió unas palabras con dos viejas glorias como Bill Russell y Oscar Robertson, antes de tomar parte del salto inicial.
La primera incógnita pasaba por saber si Bryant iba a buscar despedirse con una actuación descomunal o, tal como había anticipado, simplemente iba a cumplir un rol de partenaire. “Me siento muy mal”, dijo Bryant en la rueda de prensa. “Me duele el tobillo, me duelen las rodillas. Lo mejor que sé hacer es jugar al básquet, pero realmente me siento como una basura. Sólo quiero mostrar una vez más que lo puedo hacer.” Y con esa mentalidad saltó a la cancha, mientras Kevin Durant y Russell Westbrook, más tarde elegido el jugador más valioso, se lucían de todas las formas posibles.
A los dos minutos, Bryant tomó su primer lanzamiento, un tiro de tres puntos que rebotó dos veces en el aro y salió. Dos minutos después anotó su primer tanto, con un tiro libre. Estaba claro que el cuatro veces jugador más valioso del Juegos de las Estrellas de la NBA esta vez simplemente pretendía disfrutar. En un partido sin marcas, su primer gol de campo tuvo ese sello.
En la segunda entrada, Bryant estuvo más activo. Primero anotó un triple y luego jugó, entre risas, dos “uno contra uno” ante LeBron James y Carmelo Anthony: ante el astro de Cleveland falló el lanzamiento, mientras que ante el de los Knicks anotó con su clásico tiro en suspensión, tirándose hacia atrás.
Cuando restaban cinco minutos para el final de las acciones, Popovich lo devolvió al campo para sus últimas acciones. En ese pasaje tuvo tiempo para jugar un mano a mano con el español Pau Gasol, ex compañero en Los Lakers, pero no pudo acertar su tradicional tiro en suspensión. Entonces llegó el momento de la despedida.
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