Mientras el lado A de Boca se pone a punto para una semana trepidante (el miércoles jugará con Deportivo Cali por la Copa y el domingo recibirá River por el campeonato) el lado B mantiene en alto las banderas. El equipo de los suplentes se revindicó de aquella noche negra ante Tigre. Y con su goleada de anoche 4-1 ante Aldosivi, sostuvo la ilusión xeneize de dar pelea al menos, por el segundo puesto de la zona 2 y por una plaza para la Libertadores de 2017. A 11 puntos de distancia (28 a 17), darle alcance a Lanús es casi una quimera. En cambio, llegar peleando hasta el final con Estudiantes y Huracán todavía parece perfectamente posible a cinco fechas del cierre de un torneo que Boca descartó demasiado pronto.

El marcador rotundo puede convocar al engaño y dar la impresión de que Boca fue una maquinaria imparable y Aldosivi, un conjunto manso y entregado. Pero nada de eso sucedió en verdad. Es más: fueron los marplatenses los que se pusieron en ventaja a los 21 minutos del primer tiempo con un gol de anticipo de Neri Bandiera tras un buen desborde por la izquierda del cordobés Canever. Pero Boca pegó dos golpes en dos momentos claves que terminaron definiendo el destino del partido: Andrés Chávez igualó en la última pelota de la etapa. Y Nicolás Lodeiro anotó el 2-1 en la primera acción del segundo tiempo, apenas a los 33 segundos de juego.

Lodeiro ingresó por el lateral juvenil Molina en el arranque del complemento y le lavó la cara al equipo de los mellizos Barros Schelotto. Habían sido deficitarios los 45 minutos iniciales. Con muchos pelotazos desde el fondo, con demasiadas imprecisiones en el medio y con escasa movilidad general. Lodeiro juntó todos los pedazos rotos. Y le dio a Boca, mucho del juego y el empuje que le estaban faltando. Como el fútbol básicamente es contagio, el uruguayo además mejoró a varios de sus compañeros. Repuntaron Meli como volante por la derecha (había arrancado por la izquierda) y el chiquilín debutante Messidoro como enganche, Palacios y Chávez estuvieron mejor rodeados arriba y hasta el desplazamiento de Jara como lateral derecho (había sido volante por el mismo lado) contribuyó a cerrar un costado de la defensa que Molina nunca había podido cubrir de buena manera.

A los 9 minutos del segundo tiempo, Messidoro de arremetida marcó el 3-1. Pero lejos estuvo de haberse cerrado el trámite. Aldosivi tuvo un mérito: nunca se rindió. Y con la habilidad por la izquierda de Santiago Rosales y más allá de las diferencias de potencial, obligó a Boca a mantener la guardia en alto. Un tiro libre de Alexis Castro dio en la parte exterior de la red y luego, Sara (entró por Orion que salió lesionado) le sacó una media vuelta a Rosales. En plena persecución del descuento, Jonathan Galván perdió una pelota sencilla en la mitad de la cancha, Lodeiro metió el pase largo y Chávez, en una corrida de contraataque, clavó el 4-1 mientras las tribunas casi colmadas de la Bombonera hacía rato que cantaban anticipando el Superclásico del próximo domingo.

Sobre un campo de juego en muy mal estado (el lateral contra los palcos era un pantano), los suplentes de Boca tuvieron la practicidad y la contundencia que les viene faltando a los titulares. Y con eso resolvieron un partido más complejo de lo que indica la chapa del tanteador. Contra Cali y River volverán los grandes nombres. Serán ellos al final, los que apuntalarán la doble apuesta boquense del semestre: avanzar en esta Copa Libertadores al mismo tiempo que se sella el pasaje para la que viene.