Mar 16.08.2016

DEPORTES  › TENIS DEL POTRO TUVO UNA BIENVENIDA A LA ALTURA DE SU LOGRO OLíMPICO

“Tenía miedo de volver con las manos vacías”

“No sean tímidos, se puede alentar, se puede aplaudir. Hagámosle sentir todo el cariño”, dijo el comandante del vuelo de Aerolíneas que trasladó a Juan Martín Del Potro desde Río de Janeiro al pedir un aplauso para el ilustre viajero. Y el pasaje respondió con cantos de aliento. De ese modo el tandilense, con su medalla de plata colgando sobre el pecho, llegó a Buenos Aires y tuvo su calurosa bienvenida. En una conferencia de prensa dada en un hotel del centro porteño, Delpo destacó: “Recién ahora estoy cayendo en esta locura de conseguir otra medalla. Después de ver que me tocaba Djokovic en la primera ronda, pensé que iba a estar pronto con mis amigos en Tandil. Pero fui avanzando partido a partido. Es de las cosas más importantes que me pasaron en mi vida”, expresó feliz. Hoy, Tandil recibe a su hijo pródigo.

Tras penar varios años por una lesión en su muñeca derecha, Del Potro recordaba así su proeza carioca. “Fueron partidos inolvidables, tuve un nivel sorprendente. Sacaba fuerzas no sé de dónde y no sé si alguna vez jugué tan bien como ese partido con (Novak) Djokovic. Fue muy emotivo, con toda esa gente que estaba en el estadio. Mi nivel me sorprende y me llena de ilusión. Nunca lloré tantas veces. Nunca imaginé un final así”, señaló el argentino que eliminó al Nº 1 del mundo en la primera ronda y cayó en la final 7-5, 4-6, 6-2 y 7-5 ante el Nº 2, el escocés Andy Murray, quien admitió después de obtener el oro: “Fue uno de los partidos más duros que tuve que jugar por un título grande”.

Luego, Delpo reflexionó sobre lo que vivió durante el tiempo que lo complicó su lesión en la muñeca. “Fueron catorce meses muy difíciles. En un momento pensé que no iba a volver a jugar al tenis. Pero con la ayuda de la gente y la de mi familia me la banqué; a partir de la tercera operación se fue haciendo realidad el sueño y desapareció la pesadilla. Siempre tengo palabras de agradecimiento para la gente, que me apoyó en los momentos más difíciles. Por eso conseguir una medalla para mi país es la mejor forma de devolverles ese cariño”, subrayó.

“Los cuatro merecíamos una medalla. También la mereció Nadal: lo suyo fue meritorio, ya que además ganó el oro en dobles. Antes de la semifinal tenía miedo de ser el cuarto y volverme con las manos vacías. Jugué contra Nadal como si fuera una final porque si ganaba, me aseguraba una medalla. El festejo final fue un desahogo. Por eso salté a la tribuna, me salió del alma. La gente me transmitió una energía única que hasta me hizo aguantar cuatro horas el día de la final.” Tras el bronce logrado en Londres 2012, Delpo afirmó: “El tenis es mi vida, he sufrido cuando no pude jugar y hoy el tenis me está haciendo muy feliz de nuevo”.

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