Argentina logró ayer su segunda medalla de oro en estos Juegos, ya que Santiago Lange y Cecilia Carranza, quienes hicieron historia, se impusieron en la clase Nacra 17 de vela en la Bahía de Guanabara. A la dupla argentina le bastó un sexto puesto en la medal race para quedarse con el título, después de haber terminado como líderes de la clasificación general, con cinco puntos de ventaja sobre el binomio Vittorio Bissaro y Silvia Sicouri (Italia) y 7 sobre la pareja austríaca Thomas Zajac y Tanja Frank (Austria), al final de las 12 primeras regatas. Detrás de ellos, los primos australianos Jason Waterhouse y Lisa Darmanin se quedaron con la medalla de plata de esta clase de vela mixta, y los austríacos Thomas Zajac y Tanja Frank con el bronce. La última carrera tuvo algo de suspenso, porque la pareja nacional fue penalizada en dos oportunidades, una en la primera manga y otra en la tercera, por una maniobra que los jueces interpretaron peligrosa y tuvo que pagar haciendo un giro de 360 grados.

Una vez más esta disciplina, y en particular Lange, realizó su aporte para el país y el medallero, que hasta ayer solo contaba con el oro ganado por Paula Pareto en judo y la plata de Juan Martín Del Potro en tenis. Lange y Carranza inscribieron su nombre en la historia del deporte argentino, ya que es la primera medalla dorada que obtiene la vela en un Juego Olímpico.

Para Lange, que a sus 54 años compitió en una nueva clase olímpica y con una nueva compañera, nunca antes había competido con una mujer, se trata de su tercera medalla olímpica tras los bronces obtenidos en la clase Tornado en los Juegos de Atenas 2004 y Beijing 2008 en dupla con Carlos Espínola. Además, Lange fue campeón del mundo en la clase Snipe en 1985, 1993 y 1995. En su palmarés también figuran los campeonatos sudamericanos en diversas clases en 1978, 1985, 1989, 1996, 1997 y 1999, y la obtención del Trofeo Su Alteza Real Princesa Sofía en 1986 y 1987.

Para Carranza, de 29 años, es la primera medalla en tres participaciones olímpicas. El mejor resultado de la dupla argentina hasta ahora había sido un segundo puesto en el Mundial de 2014.

El ansiado oro olímpico llega en un momento muy especial para quien es diseñador de los veleros Optimist Lange, ganadores en siete ocasiones de la Copa del Mundo y que se producen en la Argentina y en Estados Unidos. Y es que el año pasado sobrevivió a un cáncer de pulmón que le habían diagnosticado en enero de ese año, y que lo tuvo apartado del agua durante varios meses. Para el ingeniero naval que se recibió en Southampton, su lucha y la superación de esa enfermedad es todo un ejemplo.

Con el paso del tiempo Lange acusa más el cansancio y el dolor. “Hoy lo sufro. Me cuesta. Me cuestan más las cosas’’, dijo en los últimos días a la agencia AFP en la base olímpica de Marina da Gloria. “Se me dificulta hasta sacar el bote del agua’’. Lange es uno de los deportistas de más edad que gana una medalla de oro en la vela olímpica. Uno de sus compatriotas, Julio Sieburger, obtuvo una plata con 56 años en los Juegos de Londres 1948. “Lo único que puedo decir es que si he estado aquí tanto tiempo es porque me encanta lo que hago’’, había dicho Lange antes del inicio de la competición naútica.

Por el momento, sin embargo, no piensa en el retiro y hasta le gustaría llegar a los Juegos de Tokio dentro de cuatro años, “si sus rodillas y su espalda sobreviven’’. Sino le quedará el consuelo de poder animar a sus hijos, Yago y Klaus, regatistas como él, que participan por primera vez en unos Juegos en la clase 49er masculino, algo que el líder de familia considera “único’’ y “muy especial’’. Eso augura nuevas posibilidades de medalla en este deporte para la Argentina, que en Río de Janeiro suma ahora dos oros y una plata, además de la que aportará el seleccionado masculino de hockey sobre césped que disputará mañana la final del certamen olímpico ante Bélgica.

La dupla argentina festeja sobre su embarcación. Foto: AFP