El boxeo argentino, la disciplina que más medallas aportó al deporte argentino en la historia, extendió en Río su sequía de medallas, que ya lleva veinte años desde el bronce de Julio Pablo Chacón en Atlanta 1996, y gran parte de la culpa la tiene la falta de competencia, advertida antes del viaje de la delegación. El propio entrenador Julio García hizo hincapié en esta falencia, ya que cinco de los seis boxeadores que llegaron a Brasil no peleaban desde el Preolímpico de Buenos Aires, en marzo de este año. El único que llegó con ritmo de competencia fue el entrerriano Leandro Blanc (49 kilos), quien obligado por las circunstancias logró el boleto a Río en el último torneo clasificatorio, en Venezuela, en julio. Los demás, Fernando Martínez (52), Alberto Melián (56), Ignacio Perrín (60), Alberto Palmetta (69) y Yamil Peralta (91) (foto), entrenaron en el Cenard y apenas tuvieron una sesión de trabajo con el equipo cubano un mes antes de los Juegos, pero no equivale a un combate franco porque ningún boxeador se entrega al máximo a semanas de una competencia tan importante. El resultado fue que el sorteo no los favoreció y Blanc, Palmetta, Perrín y Martínez se despidieron en la primera ronda ante rivales complicados.

Y tampoco fue casualidad que los únicos victoriosos fueran Peralta (ganó una) y Melián (ganó dos), ya que contaban con la experiencia de Londres 2012. La autorización de combatir a profesionales en los Juegos es otro problema que se sumó. Porque los organismos más importantes (AMB, CMB, FIB y OMB) sancionan a los pugilistas que concurren. De tal manera, los boxeadores argentinos no pudieron combatir con profesionales y tampoco lo hicieron con amateurs, ya que dejaron de serlo al participar en la serie AIBA Pro Boxing. Claramente, el futuro de los equipos argentinos en estas competencias deberá apuntar a jóvenes valores, porque no tiene sentido concurrir a la cita olímpica con pugilistas de 25 o 26 años, que deberían dedicarse a pleno al campo rentado. También es cierto, y hay que remarcarlo, que desde la primera etapa del entrenador cubano Sarbelio Fuentes no surge una camada como aquella de Omar Narváez, Jorge Rodrigo Barrios o Hugo Garay. Y que lo mejorcito de la nueva generación, como Alan Castaño, buscó nuevos horizontes.

Por otro lado, en relación a esta disciplina, la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) expulsó de los Juegos a varios árbitros y jueces por “incompetentes” a raíz de fallos y decisiones que fueron calificadas por púgiles y entrenadores como “corruptas”.