DEPORTES
La muerte súbita, un drama para el cual el deporte no halla solución
El caso del futbolista húngaro Miklos Feher reactualiza una tragedia ante la cual la medicina deportiva no tiene respuestas, según opinaron especialistas, y que puede afectar a casi el 2 por ciento de los atletas.
Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas del Benfica, el club más importante de Portugal, velaron anoche, en el estadio lisboeta de La Luz, los restos del futbolista húngaro Miklos Feher, fallecido el domingo pasado momentos después del partido que disputaba su equipo con el Guimaraes. Mientras la autopsia que se le practicó el lunes no pudo develar las causas de su fallecimiento, especialistas médicos señalaron a Página/12 que los casos de muerte súbita en el fútbol seguirán ocurriendo pese a las medidas de prevención que puedan tomarse. Es el segundo caso de este tipo que se produce en una cancha de fútbol en siete meses, tras el fallecimiento del camerunés Marc Vivien Foé en junio del 2003.
La muerte súbita se puede producir por una arritmia o una embolia pulmonar, generada por una trombosis que se inicia en las piernas y cuando se presenta va directo al pulmón, donde produce un taponamiento. Según declaró el doctor Enrique González Ruano, jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Fútbol, a la agencia EFE, ésta pudo ser la causa de la muerte de Feher, quien antes de desplomarse al suelo se tomó con sus manos las rodillas como acusando una dolencia.
De todos modos, las verdaderas causas del deceso se desconocen y es posible que para indagarlas deban realizarse estudios post-mortem, que poseen un grado de complejidad mucho mayor que los de las autopsias comunes. El médico del plantel profesional de Banfield, Walter Guillano, señaló, consultado por Página/12, que muchas patologías cardíacas son “muy difíciles de detectar” como las fibrilaciones ventriculares. “En estos casos el corazón se contrae a 300 latidos por minuto y deja de mandar sangre al cerebro produciendo un severo accidente cardiovascular. Que puede tener lugar como consecuencia de un esfuerzo físico, psíquico o ser bien una combinación de ambos”, explicó.
González Ruano afirmó que existe una gran dificultad para detectar el riesgo de muerte súbita, ya que muchas veces las pruebas que se realizan para detectar esta afección, electros y pruebas de esfuerzo, suelen otorgar “falsos positivos”. González Ruano afirmó que “por cada cien mil deportistas, el 1,6 por ciento está expuesto a morir como consecuencia de un esfuerzo físico que actúe como detonante de estos accidentes”. El doctor Pablo Aizen, maratonista amateur, coincidió en que la muerte súbita “es imposible de prevenir”, según afirmó a este diario.
Aunque las causas que determinan una muerte súbita muchas veces no pueden detectarse, Guillano recomienda que los deportistas deben estar expuestos “en forma constante” a pruebas que midan su capacidad cardíaca y pulmonar, pues si bien el riesgo no desaparece, este tipo de controles pueden limitarlo bastante. “Los deportistas deben ser testeados de forma periódica. Así pueden detectarse otras patologías cardíacas que tal vez no estén relacionadas con la muerte súbita, pero que pueden prevenirse. Como es el caso de las insuficiencias aórticas”, concluyó Guillano.
La principal causa de muerte súbita son las anomalías coronarias que originan las dos terceras partes de los fallecimientos de este tipo. Otras son el síndrome de Marfán, que por lo general afecta a individuos de gran estatura. En Francia se producen entre mil y mil quinientos casos por año entre 11 millones de deportistas federados. En Italia un 0,8 por cien mil y en Estados Unidos un 0,7 en la misma proporción.
Envueltos en lágrimas, los compañeros de Feher se encargaron ayer de retirar el féretro que contenía los restos de este jugador de 24 años, que fue trasladado anoche a su ciudad natal. La muerte de Feher es la muerte súbita más resonante que se produce en el fútbol de alta competencia en menos de siete meses. Marc Vivien Foé, jugador de la Selección de Camerún, falleció imprevistamente cuando su equipo disputaba ante Colombia un partido de la Copa de las Federaciones que se desarrollaba en Francia. Como la delegación de Camerún no tenía médico, el facultativo colombiano se hizo cargo de las primera atenciones, pero nada pudo hacer para salvar la vida del futbolista del Manchester City. Pese a todo, el torneo no se detuvo y Camerún fue obligado a presentarse ajugar la final del certamen contra Francia, en la cual el equipo local se impuso 2-1.
Producción: Leonardo Castillo.
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