Jue 29.01.2004

DEPORTES  › EN SALTA, RIVER Y RACING IGUALARON EN UN GOL

Poco sabor para este empate

Los hinchas del equipo de Núñez esperaban más tras la victoria ante Boca, pero Gallardo se lesionó muy pronto. Más piernas que fútbol.

Con más titulares que los que tuvo el sábado para ganarle a Boca, River no pudo derrotar a Racing en Salta, y para colmo, uno de ellos, Marcelo Gallardo, apenas si pudo jugar poco más de un cuarto de hora. No fue un partido con brillo, y el equipo de Núñez quedó en deuda con sus hinchas. Racing, que jugó todo el segundo tiempo con un hombre menos, puede gabar el torneo de verano si el sábado derrota a Independiente.
La primera gran noticia de la noche fue una desagradable para los amantes del buen fútbol. Marcelo Gallardo, que por primera vez desde su vuelta a River usaba la camiseta número 10 (históricamente propiedad de los elegidos), se paró en secó y se tocó el muslo cuando iban 20 minutos y River y Racing habían intercambiado un par de ataques. Después de una larga racha de lesiones durante la segunda parte del 2003, fue realmente mala fortuna que el volante volviera a resentirse anoche, siendo reemplazado tan pronto.
Pareció como que el golpe fue acusado anímicamente por el equipo de Astrada, al que poco rato se encontró en desventaja. Racing, volcado al contragolpe a raíz de la actitud ofensiva asumida desde el arranque por el rival, sacó rápido una pelota por derecha, Rimoldi la puso larga para López que pasó entre los zagueros, se tiró al borde del área, dio la media vuelta y cuando la defensa volvía, la centreó a la medialuna, por dónde entraba Gastón Fernández (cuyo pase es propiedad de River). El delantero la paró con el pecho y la acomodó abajo, lejos de Costanzo.
No era del todo justo, porque River merecía mejor suerte por el papel asumido, pero la precisión del contragolpe racinguista se vería pronto emparejada por el grosero error en defensa de Eduardo Domínguez, que cabeceó hacia atrás y solo consiguió habilitar a Fernando Cavenaghi, que picó al vacío y la tocó por sobre la cabeza de Cuenca, que tuvo que salir desesperadamente de su arco.
Como Racing perdió al recientemente incorporado Pínola antes de terminar el primer tiempo (por doble amarilla), Fillol sacó a Fernández para reforzar la defensa, y el segundo tiempo se consumió en los intentos estériles de River por desnivelar, y en las fichitas que los de Avellaneda su jugaron al contragolpe.

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