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› VELEZ DEBUTA EN LA COPA LIBERTADORES ANTE MARACAIBO
El retorno del gran guerrero
Luego de cuatro años, José Luis Chilavert regresa hoy al arco del equipo en el que logró los mayores éxitos de su trayectoria.
“Chi-la-vert... Chi-la-vert...” El grito sonará más fuerte que nunca esta noche en el José Amalfitani de Liniers. Es que se trata del regreso esperado. Desde que decidió a emigrar al Racing de Estrasburgo, allá por el 2000, los hinchas de Vélez no pararon de extrañarlo. No se olvidan de que los años más exitosos de la historia del club coincidieron con su presencia en el arco. Los festejos de la Copa Libertadores, de la Intercontinental, los penales atajados, los goles de tiro libre y hasta sus declaraciones picantes forman parte de los momentos más felices de los simpatizantes velezanos. Por eso, el encuentro de esta noche ante el Maracaibo en el debut del equipo de Carlos Ischia en el Grupo 2 de la Copa Libertadores aparece como la excusa ideal para que el regreso de José Luis Félix Chilavert a la entidad de Liniers sea perfecto. Un retorno que, además, le hace muy bien al fútbol argentino.
El centro de atención del debut de Vélez en la Libertadores, diez años después del único título en este certamen, se focalizará en la vuelta de Chilavert, uno de los máximos ídolos en la historia del club, quien solamente jugará en el torneo continental, ya que Sebastián Peratta será el titular en el Clausura. Por más que había anunciado su retiro luego de haber actuado con éxito en Peñarol de Montevideo el año pasado, Chilavert no pudo resistirse al cariño de los hinchas, que imploraron por su regreso cuando en enero decidió entrenarse con el plantel profesional. De esa manera, por un gusto personal y casi sin cobrar por su labor, el histórico capitán volverá a calzarse el buzo de la entidad de Liniers. El Maracaibo, un equipo que pinta como el más débil del grupo, con un flojo presente en el torneo venezolano, no aparece como el más indicado para amargarle la vuelta a Chilavert.
Más allá de mostrarse con algunos kilos de más, a los 38 años, su presencia, su temperamento y su actitud ganadora lo convierten en un refuerzo clave para un equipo plagado de jóvenes, que lo tienen como un referente indiscutido. Por ahora su presencia está sólo garantizada para la Copa, aunque para los hinchas es más que suficiente. El recuerdo de sus nueve años en el club pesan más que cualquier otra cosa. Es que el arquero paraguayo ganó con Vélez cuatro títulos argentinos (1993, 1995, 1996 y 1998), además de las copas Libertadores e Intercontinental de 1994 y la Supercopa Sudamericana (1996). Por eso, el clásico “Chi-la-vert... Chi-la-vert...”, sonará más fuerte que nunca en Liniers.