Un partido emotivo, jugado cuando y cuanto se pudo, luchado siempre. Ganó bien Colón, porque tuvo mayor claridad cuando atacó y en la suma, hizo más que un Racing al que no le salió –estratégicamente, si cabe– nada. Ahora los de Merlo se han quedado lejos, con 17 puntos (a seis de River y con un partido más) en este achatado Clausura, Colón ya tiene 14. Anoche hubo de todo: lluvia, pasión, fuerza, goles y expulsados. De fútbol, poco.
El primer tiempo fue muy entretenido. Los dos hicieron lo que pudieron, pusieron todo. La mitad inicial, hasta que se largó fuerte la lluvia poco después de los veinte minutos, fue favorable a Colón, que tuvo la pelota y la movió con criterio, manejó el medio (bien Zermatten) y llegó limpito por los costados, sobre todo por Aquino. Racing –pese a arrancar con tres delanteros: Milito más retrasado y Chatruc tirado como volante por derecha– sólo pudo esperar y salir de contra. Pero todo fue de Colón. Así, Aquino llegó franco a los 3 y a los 12 –una volea que pudo ser golazo– y enseguida el toque de Zermatten y después de Graf en el área chica no terminaron en gol porque Campagnuolo está ahí.
Pero volvió a caer agua a lo loco y el local perdió precisión, se cansó, perdió claridad. Fueron los minutos de Racing. Entre los 23 y los 28 hubo tres llegadas de los de Merlo: Chatruc, Estévez y Maceratesi lo tuvieron llegando por derecha en contras precisas. No estuvo atento el ex Central, que se metió en offside y sí más lúcidos Estévez y Milito, buscándose. Sobre el final, Graf intentó –muy individual– dos remates de afuera y por arriba, pero ya el partido era otro y llovía como para salir remando.
Tras el descanso, Merlo sacó a Maceratesi y armó dos líneas de cuatro sumando a Loscri en el medio y pasando Milito arriba. Y otra vez empezó mejor Colón, con varios disparos buenos de afuera (Campagnuolo detuvo uno rasante de Castagno Suárez) mientras Racing retrocedía. Hasta que llegó el gol en una jugada no utilizada hasta entonces por el local: desborde por izquierda –pase de Graf a Delgado que llegó exigido y metió un centro bárbaro– y cabezazo perfecto en el primer palo de Corignano, que no había hecho nada de nada. 1-0 y estaba muy bien. A Merlo le quedaba media hora: ya había puesto a Leo Torres y al rato sumó a Viveros. Pero no tenía delanteros y debió subir a Chatruc. Con la expulsión de Morant, Colón se echó más atrás y todos fueron forcejeos, pases sin sentido, cansancio y sólo ganas. Sobre el final se fue Chatruc expulsado y en el descuento llegó el segundo, de penal. 2–0 y justicia.