DEPORTES
“Los triunfos como los fracasos son una responsabilidad colectiva”
Jorge Valdano explica la crisis del Real Madrid, tras la eliminación en Europa y la pérdida de la punta en la Liga Española.
Por Santiago Segurola*
–¿Han confirmado estos partidos que los riesgos del modelo de equipo planteado son más graves de lo que parecían?
–El Real Madrid es un equipo con virtudes y defectos. Asomaron todos los defectos y ninguna de las cualidades que nos han hecho el más competitivo de España y un mejor club en lo social y lo económico. Somos, en efecto, un equipo con una preponderancia por el juego de ataque. Eso, a veces, nos genera problemas. Especialmente por la tendencia de algunos jugadores a cumplir funciones que no les son naturales.
–¿Alude a gente como Guti o Beckham?
–Todos sabemos que algunos futbolistas con obligaciones concretas, poco naturales para ellos, han de hacer enormes esfuerzos para compensarlo. A veces se nota.
–¿Ha perdido el Madrid espesor competitivo?
–Quizás habríamos tenido que hablar de esto hace tres semanas, cuando era el líder de la Liga con ocho puntos de ventaja, estaba en la final de la Copa y había superado al Bayern Munich en la Champions League. No me parece real decir que hemos perdido nuestra competitividad en dos semanas. El fútbol guarda estos misterios. El Arsenal, invicto en su Liga y que parecía un ejemplo en todos los aspectos, ha sido eliminado en cuatro días de la Copa inglesa y de la Liga de Campeones. No conviene acelerarse en los juicios de valor. Contra el Osasuna fue el primer partido que perdimos en casa esta temporada, y lo hemos hecho de la peor manera y seguramente en el peor momento. Hay que trabajar dentro del vestuario con un grupo de jugadores que tienen mucha categoría.
–¿Qué responsabilidad atribuye a Carlos Queiroz?
–El entrenador es el hombre sobre el que, indefectiblemente, se suelen lanzar las críticas en estos casos. Yo no individualizo ni los triunfos ni los fracasos. Es una responsabilidad colectiva. Cualquier otro punto de vista, ahora, significa elegir una solución cómoda. Para mí, es el momento de la serenidad y el análisis. El Madrid está en la mejor posición para enfocar su futuro. Se han ido muchos jugadores, se ha reducido el plantel hasta términos razonables y se ha invertido la situación económica para hacer los retoques necesarios.
–¿Qué cambios cree precisos?
–No veo que concurra ninguna circunstancia que obligue a efectuar cambios profundos. Por imperativo, casi por supervivencia, el Madrid ha tenido que hacer en tres años lo que normalmente habría llevado ocho. Ahora mismo varios de los denominados Pavones son chicos de apenas 20 años o con poca experiencia en Primera que han funcionado bien en general. También a ellos hay que darles un margen de progresión y la posibilidad de que alcancen su madurez con 26, 27 o 28. El problema es que en algunos casos hemos tenido que acortar mucho los plazos.
–¿Está en discusión el modelo de Zidanes y Pavones?
–No. Sin embargo, un club como el Madrid siempre tiene que estar abierto al debate. Es su naturaleza. El modelo nos ha asegurado la lucha por el liderazgo mundial durante los próximos años. Si esto ha sido así en los dos o tres últimos cursos, no veo por qué no vaya a seguir funcionando.
–¿Hubo algo que no le gustara antes del partido contra el Mónaco? ¿La alineación o algún otro signo?
–No. El equipo tuvo la actitud justa en el primer tiempo. Nos pusimos con un gol de ventaja y jugamos con comodidad. Fue al comienzo del segundo cuando se amontonaron los problemas y no se encontró el modo de resolverlos.
–¿Hasta qué punto es delicada la situación del entrenador?
–Es la que era. Estaba haciendo muy bien su trabajo. La dificultad es que ahora lo hace con resultados traumáticos y eso siempre produce agitación en el Madrid.
–¿Planea el fantasma de Vicente del Bosque?
–No es algo en lo que haya reparado. Se tomó una decisión respecto de él con gran sentido de la responsabilidad. No es el momento de revisarla.
–¿Observa signos de declive en algunas de sus estrellas por la edad, las exigencias continuas...?
–Sinceramente, no. El fútbol tiene... momentos. Basta recordar que, por ejemplo, Figo jugó tres partidos en los últimos seis días en canchas distintas y ninguno en Madrid. Esto, que es extensivo a otros jugadores, te impide a veces tener tiempo para enfocar el siguiente. La madurez es hoy más una ventaja que un problema. Pese a su nivel de exigencia, el fútbol permite alargar las carreras de los grandes hasta los 34 o los 35 años.
–¿Ve comprometido su cargo?
–No soy una persona que especule sobre su situación. Llevo 30 años en el fútbol y sé cómo funciona este negocio. He aprendido a aceptar los vaivenes.
–¿Qué sintieron el presidente Florentino Pérez y usted ante los silbidos de los hinchas ultras?
–Eso es el fútbol. Había una gran desilusión y se produjo minutos después de la derrota, en plena emotividad. También hubo mucha gente que aplaudió. Son unas situaciones que no son normales en el Madrid, pero que una vez cada cuatro años pueden ocurrir.
–¿Puede afectar este golpe al Madrid en su próximo futuro o a medio plazo con las elecciones presidenciales (de este año) de por medio?
–Estas situaciones ayudan a pensar. De esta frustración hemos de salir con más voluntad para afrontar los desafíos. Y tenemos alguno bien grande: la Liga. Espero que sea un reactivo para el equipo y el club. La tenemos a nuestro alcance. Somos el Madrid y tenemos la obligación de estar a la altura de los grandes retos del club.
*De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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