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› CHACARITA-BOCA, ESTA TARDE EN SAN MARTIN
Partido de altísimo riesgo
Habrá un policía cada 15 hinchas para cuidar el encuentro postergado de la quinta fecha del Clausura. Si Boca gana, será líder del torneo.
En su segundo día como ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanian tendrá bajo su jurisdicción, en San Martín, un acontecimiento que es algo más que un partido de fútbol. Algo más que 22 jugadores –once de Chacarita y otros tantos de Boca–, una pelota y el árbitro.
Tendrá cerca de 20 mil hinchas del equipo local y 5 mil de los visitantes.
Tendrá 1700 efectivos que los custodien, a razón de uno por casi 15 aficionados.
Tendrá 70 patrulleros, cuatro ambulancias, dos autobombas y un helicóptero con cámaras para filmar los alrededores del estadio.
Tendrá también 18 canes adiestrados para detectar drogas y 20 aparatos de identificación digital electrónica.
Tendrá todas las razones para ser considerado como el partido de más alto riesgo de la actualidad del fútbol argentino, más que un Superclásico River-Boca, en virtud de la violenta rivalidad existente entre las barras de ambos clubes, cuyo episodio más reciente es el suspendido partido que se disputaba en la Bombonera, el 30 de agosto pasado, y que motivó la apertura de la causa que lleva adelante el juez Mariano Bergés.
Este Chacarita-Boca, filoso como un cuchillo, es el mismo que debió jugarse el 14 de marzo pasado, por la 5ª fecha del Clausura, y que el ex ministro de Seguridad bonaerense Raúl Rivara decidió suspender tras haber reunido pistas sobre un factible choque armado entre barrabravas de ambos clubes.
Es la primera vez en 18 años y un día que un Chacarita-Boca vuelve a jugarse en San Martín. El último, que coronó campeón al equipo visitante y mandó al descenso al local, terminó con una batalla campal en las afueras del estadio, que duró casi una hora.
Para los dos equipos, el encuentro de esta tarde tiene una importancia capital: la victoria le dará a Boca (20 puntos) la punta del Clausura; Chacarita (4 puntos), todavía en zona de Promoción, precisa cada punto posible y por eso bregó para no resignar la condición de local, lo que termina de tornar al encuentro en un acontecimiento para seguir con delicada atención.
El capitán de Boca, Diego Cagna, consideró que será un cotejo “muy difícil”, aunque al ser consultado con respecto a las dimensiones reducidas de la cancha afirmó que el tamaño “no importa mucho”, ya que “si Boca está bien parado, no habrá problemas”.
“Esperamos que sea un lindo espectáculo, y nosotros no lo tomamos como algo especial, ya que había sido postergado el partido, sino como la posibilidad de alcanzar la punta del torneo”, aseveró. Respecto de cómo se jugará, opinó que “todos los equipos que enfrentan a Boca generalmente salen a defenderse; vamos a ver qué hace Chacarita en su cancha, que seguramente va a tener la presión de su gente para que nos ataque”.
“Nosotros vamos a jugar como siempre, trataremos de ganar y tener la pelota para desarrollar nuestro esquema”, concluyó el capitán. Bianchi le dará descanso al contracturado Guillermo Barros Schelotto, a Iarley y a Cardozo, pero recurrirá al recuperado Clemente Rodríguez.
En Chacarita tampoco falta la confianza. “Estamos muy bien, subimos un escalón en lo anímico después del empate ante Talleres –apuntó el delantero Claudio Graf–. En el fútbol argentino, Boca y River tienen planteles muy superiores, por eso ganan todos los torneos, pero hay partidos que pueden perder, y esperamos que éste sea uno de ellos.” El delantero recordó que “venimos de jugar con el puntero (Talleres) y le empatamos; para ganarle a Boca no hay que tenerle miedo, y después superarlo en el juego”.
El técnico de Chacarita, Enrique Borrelli, que el sábado debutó en el cargo con el meritorio empate 2-2 ante Talleres, tiene prácticamente confirmado el equipo, que no sufrirá variantes respecto del conjunto que jugó en Córdoba.
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