El partido era clave para las aspiraciones de ambos. Para San Lorenzo, porque llegaba con siete partidos consecutivos sin victorias, y lo que hasta hace unas fechas era una posición cómoda de cara a la clasificación para las Copas, a partir de la mala racha ya no está tan segura. Y para Quilmes también tenía un sabor especial. Es que si bien el objetivo es no descender, de reojo mira la tabla para entrar en la Sudamericana y la ilusión todavía se mantiene. Sin embargo, el empate 1-1 fue un resultado que nos les sirvió para sus metas, aunque los del Sur quedaron un poco más conformes. Silvio Carrario marcó el gol de Quilmes, mientras que Leandro Romagnoli, de penal, señaló el empate definitivo.
Con los pensamientos de ambos, no fue extraño que ambos equipos salieran dispuestos a imponer su juego. Si bien San Lorenzo apostó por una dupla creativa para temer, compuesta por Romagnoli y Montillo, no encontró los espacios para que sus conductores se lucieran. Por el contrario, con menos material para generar fútbol, Quilmes demostró en esos primeros minutos más argumentos para crear situaciones de gol. Amparado en los errores defensivos de su adversario, demasiado arriesgado en achicar espacios para provocar la posición adelantada, el conjunto de Alfaro tuvo buenas chances para ponerse en ventaja.
Y por ello no fue extraño que sacara diferencias gracias a una arremetida de Carrario, que burló el offside que intentó el fondo de San Lorenzo y definió en dos tiempos ante la salida de Ramírez. En desventaja, el conjunto de Gorosito se adelantó en el terreno y logró inquietar a Pontiroli. A partir de la habilidad de Montillo y de Romagnoli emparejó el trámite, y, tras una buena maniobra del juvenil volante, llegó a la igualdad por el penal que anotó el Pipi.
A partir del empate, el encuentro se tornó más deslucido, con más imprecisiones y menos acciones de riesgo. Además, Quilmes se fue conformando con el punto, más todavía cuando se quedó con diez por la expulsión de Aguilar. Sin embargo, sin responsabilidad por finalizar con uno menos y con mucha inteligencia para tapar esa baja, el conjunto local supo manejar los tiempos para no pasar sobresaltos en su arco, e incluso, a través de la pelota parada, contó con algunas ocasiones de ganarlo. Para San Lorenzo fue una nueva decepción, ya que sigue sin ganar y cada vez se le complica más su clasificación para la Copa Libertadores y la Sudamericana.