Raúl Mendoza, el joven hincha de Chicago que fue baleado el domingo por efectivos de la Policía Federal, quedó hemipléjico del lado derecho, según informaron ayer médicos del Hospital Santojanni, donde permanece internado en grave estado. Los dos policías detenidos continúan detenidos tras ser indagados por la Justicia.
Los médicos confirmaron que Mendoza, de 18 años, quedó “hemipléjico del lado derecho”, contrario al sector frontal izquierdo por donde ingresó el proyectil en su cabeza. También se informó que “permanece febril e inestable hemodinámicamente” y en “un coma farmacológico” en el que se lo mantiene para que el cerebro esté en reposo.
Según el último parte, “el paciente presentaba una herida de bala en el sector frontal izquierdo con orificio de salida en la zona parietal” y se le realizó “una toilette quirúrgica, que duró casi tres horas, para reducir el hematoma cerebral, y en la que se constataron daños que causó el proyectil en su recorrido”, sin precisar cuales fueron.
El sargento Andrés José Kallsten y el cabo primero José Galarza –ambos de la comisaría 52– fueron trasladados a los tribunales porteños, en Talcahuano al 500, donde prestaron declaración ante el juez de instrucción Roberto Murature, quien levantó la incomunicación que pesaba sobre los policías. Según testigos, los policías disuadieron disparando con balas de goma pero al acabarse usaron las de plomo.