DEPORTES
› EL DELANTERO DE VELEZ JUGARA A PRESTAMO LA FINAL DE LA COPA SAUDITA
Roly Zárate se va a hacer la Arabia
A cambio de 100 mil dólares para él y 150 mil para su club, el goleador del Clausura actuará en un partido para el Al Ittihad. La operación se concretó por recomendación de Carlos Bilardo, que no quiso prestar a Farías para que nadie pensara mal...
› Por Gustavo Veiga
“Hacer la América”, decían nuestros antepasados cuando buscaban su prosperidad en estas tierras. Ahora resulta que no sólo en Europa se avizora un horizonte de bienestar. El destino puede quedar más alejado. “Hacer la Arabia”, serían similares palabras a las de aquellos abuelos. Hacia allí viajará hoy Rolando Zárate, el goleador de Vélez y del torneo de Primera División, para concretar una verdadera ganga. Por un único partido –la final de la copa saudita–, el delantero cobrará 100 mil dólares y a su club le corresponderán otros 150 mil. Noventa minutos de fútbol que, traducidos en petróleo, significan unos 7142 barriles de crudo para el jugador, según la cotización actual en el mercado mundial. O, si se prefiere, 1111 dólares por cada minuto si disputa el encuentro completo. Una minucia para los acaudalados propietarios del Al Ittihad, el mismo equipo que, en abril último, quiso desembolsar 3 millones de dólares para que el brasileño Rivaldo defendiera su camiseta durante cinco meses.
Esta historia por demás curiosa tiene una peculiaridad adicional: Carlos Bilardo, el técnico de Estudiantes, les recomendó el delantero a los árabes. Un personaje que en su última visita a Liniers como entrenador la pasó bastante mal. Los hinchas de Vélez lo insultaron al por mayor, después de que las dos hinchadas habían decidido poner fin a una añeja amistad. Según cuenta él, lo llamó un intermediario que organizó cierta vez un amistoso entre las selecciones de Arabia y la Argentina y le pidió que sugiriera un refuerzo para la final que disputará Al Ittihad contra Al Shabbab, el viernes 18.
“El tipo, un hombre de apellido paisano, me dijo: necesito un jugador para un solo partido. Pagan bien, necesitan salir campeones sí o sí. Y bueno, el primero en el que pensé fue Farías, pero nosotros tenemos ese día una fecha clave contra Nueva Chicago. Y además, no quería que en Estudiantes pensaran que me quedaba con alguna plata. Que quede claro, yo no cobro nada por esto. Le hubiera querido dar una mano a Farías, aunque si lo recomendaba al ‘Tecla’ iban a decir: ¿Cómo, Bilardo nos saca al goleador del equipo para ir a jugar una final en Arabia? Entonces sugerí el nombre de Zárate, al que ni siquiera lo conozco. Me llamaron porque hay amigos que tienen relación con los árabes...”, confesó el Narigón con una sonrisa que se adivinaba al otro lado del teléfono.
Aunque el ex técnico campeón del mundo no lo dijo, está claro que es un hombre de consulta sobre asuntos del fútbol en algunos países árabes. Dirigió a la selección de Libia en el año 2000 y recordó cómo se manejaba en esa región donde lo que sobran son petrodólares: “Querían que los vinculara con el fútbol de otros países. Por ejemplo, yo iba con ellos a España y el diario Marca me hacía una nota, visitábamos Italia y pasaba otro tanto... Con Saadi Khadaffi fuimos a ver Inglaterra-Argentina en Londres. El pibe es muy amigo de los príncipes que tienen los clubes en Arabia Saudita y en Emiratos Arabes...”. Las relaciones que evoca Bilardo dan una pista de por qué Zárate está a punto de abultar su cuenta bancaria gracias a su participación en una final que parece sacada de Las mil y una noches.
Raúl Gámez, el presidente de Vélez, se encontraba con la Selección Argentina en Brasil cuando se enteró de la propuesta que le permitirá a su club recibir 150 mil dólares por ceder a su goleador durante apenas noventa minutos. “Le estoy agradecido a Bilardo –empezó reconociendo–, porque Zárate va a cobrar un dinero importante que, por otra parte, se lo merece. Además, si llega a hacer tres goles en una final como ésa su pase pasaría a valer allá como 10 millones de dólares. Por supuesto que él va con un seguro, juega el partido y se vuelve”, comentó el dirigente. Zárate partirá hoy acompañado por el vicepresidente de Vélez, Pedro Pizzoglio, y por su hermano Sergio, quien también jugó en el club de Liniers. El sábado 19 tiene previsto estar de regreso.
La contratación del goleador del torneo Clausura significa muy poco dinero en un país como Arabia Saudita, que exporta al año unos 63 mil millones de dólares en petróleo. El lujo que se dará el Al Ittihad, un club cuya camiseta es muy similar a la de Almirante Brown (amarilla y negra a rayas finitas), se da con frecuencia en esas tierras desérticas donde el crudo fluye en abundancia. Cada equipo que llega a la final de la Copa tiene derecho a contratar a un jugador extranjero. Ni siquiera hace falta que les hayan convocado futbolistas para el seleccionado local, como ocurrió una vez en la Argentina. Recuérdese aquellas finales disputadas por Boca contra el Newell’s de Marcelo Bielsa en la temporada 1990-91, para las que Gerardo Reinoso (el ex Independiente) y el brasileño Gaúcho llegaron como refuerzos al plantel de Oscar Tabarez en reemplazo de Diego Latorre y Gabriel Batistuta, quienes estaban jugando la Copa América en Chile.
Lo que tal vez no sepa Zárate, un goleador de área, que además patea muy bien los tiros libres y convierte tanto de cabeza como con los pies, es que en Arabia Saudita deberá guardar cierto recato para no ofender cuestiones de la fe. Por ejemplo, si marcara el gol decisivo en la final, no podrá levantarse la camiseta para mostrar la foto de su mujer. En un país vecino al reino saudí, pero de similares costumbres, Qatar, a un brasileño llamado Serginho casi lo expulsan por lucir la fotografía de su esposa mientras festejaba un tanto.
Seguramente lo asesorarán. No sea cosa que se repita la historia más pintoresca del Mundial de España ‘82. Jugaba la selección de Francia contra Kuwait y, tras un gol del equipo europeo, el jeque Fahid Al Ahmad, quien presidía la delegación kuwaití, saltó a la cancha ataviado con la característica túnica a protestar la legalidad de la conquista. Si un príncipe ensoberbecido por el éxito deportivo reprodujera esa conducta durante la final entre Al Ittihad y Al Shabbab, el goleador de Vélez debería comprender que, en el fútbol, todo es posible. Incluso, hasta la oferta que le permitirá ganar en noventa minutos lo que quizá no cobre en varios campeonatos o hasta el final de su carrera.