El debut del seleccionado argentino en Atenas volvió a mostrar la contundencia que exhibió en el inicio de la Copa América. La diferencia de seis goles ante Serbia y Montenegro puede tener similitud con aquel encuentro ante Ecuador, en Chiclayo. Pero, además, el nivel mostrado ayer en Patras también vuelve a ilusionar con un desenlace exitoso. A partir de este primer partido, todo indica que la propuesta que comenzó a transitar Argentina en Perú tendrá su continuidad en estos Juegos Olímpicos, y también existe el anhelo de que se prolongue en las Eliminatorias para llegar a Alemania. Sin embargo, el desafío fundamental será poder controlar la euforia de la supremacía que viene sosteniendo este plantel, para no creer que todo fue inútil si el objetivo no se cumple.
En el ciclo encabezado por Marcelo Bielsa, uno de los principales reclamos que se le hizo al equipo fue la falta de respuestas ante rivales principalmente europeos, considerando que en los torneos de ese continente juegan los mejores futbolistas. Como la Argentina no dejó dudas en las pasadas eliminatorias para arribar al Mundial 2002, y como tampoco tiene urgencias en la actual clasificación, la prueba pendiente era la reacción fuera de Sudamérica, y en competencias oficiales.
Si bien los serbiomontenegrinos evidenciaron demasiadas carencias técnicas y posicionales, si no se alcanzaba una diferencia tan abultada seguramente el descontento hubiera sido grande para los hinchas argentinos. Igualmente, tampoco hay que dejar de tener en cuenta que el rival de ayer era parte de la antigua Yugoslavia, un país con enorme tradición olímpica y ganador de medallas de todos los colores.
En ese sentido, la mesura debe dominar ahora la escena tras este comienzo esperanzador. A pesar de que muchos consideraron que el segundo puesto en Perú estuvo directamente vinculado al fracaso deportivo, el estilo diferente que muestra el equipo desde ese certamen es la oferta más saludable que entregó la Argentina en los últimos años.
Por ello, ese puede ser el mejor premio que obtenga el plantel, con Bielsa a la cabeza, mirando hacia el futuro. Y así la medalla de oro no será difícil del alcanzar. Pero si el final no es el esperado, de todas maneras la condecoración seguirá envolviendo a estos jugadores.