DEPORTES
› UNA BRILLANTE CEREMONIA INAUGURAL
La fiesta inolvidable
La ceremonia inaugural de los primeros Juegos Olímpicos del siglo XXI tuvo todo el colorido y la coordinación imaginables, pero además convocó al asombro con efectos sonoros y tecnológicos que por momentos parecieron desafiar las leyes de la física, para admiración de los 72.000 espectadores que colmaron el estadio olímpico
Spyridon Louis y de los millones que lo siguieron por televisión.
Buena parte de los 10.000 atletas de los cinco continentes, que competirán durante 17 días, desfilaron por la pista olímpica, precedidos por las banderas de los países participantes y se instalaron en el centro del estadio formando una esfera multicolor. Minutos antes de la caravana, en ese mismo centro del estadio había un lago artificial, sobre el que se armaron y desarmaron mágicamente una cantidad de imágenes y esculturas que recorrieron la milenaria historia de Grecia.
Exactamente, a las 20.45 hora local, en una pantalla gigante comenzó a proyectarse un video con imágenes de atletas corriendo y una cuenta atrás desde el número 28, cifra que marca la cantidad de Juegos Olímpicos disputados hasta la actualidad. A continuación, se inició un espectáculo que puso en escena una actuación que simbolizaba elementos de la antigua Grecia, como Centauros, simbología o fórmulas matemáticas. Y mientras sonaba una canción tradicional griega, un niño surcó las aguas del lago en un barco de papel gigante y, ya en la arena, le entregó una bandera griega al presidente del COI, Jacques Rouge, y saludó al primer mandatario de Grecia, Kostic Stefanopoulos, y a la titutar del Comité Organizador, Gianna Angelopoulos Daskolaki.
La síntesis de la fiesta, que contó con 4000 participantes, fue evocar la génesis de los Juegos, nacidos hace 2766 años en Grecia. El latido de un corazón humano al ritmo de una carrera pedestre, origen del deporte, fue el primer símbolo en escena. La fiesta entró posteriormente en una serie de escenificaciones que mezclan la antigüedad griega con una representación moderna. Actores imitaban a estatuas helénicas, teatro clásico, sátiros, pájaros. Uno de los momentos más emocionantes de la ceremonia previa al comienzo del desfile de los atletas se vivió cuando a través de los parlantes pudo escucharse la voz de Maria Callas, que servía de fondo a la escenificación del sistema solar.
A las 15.24, finalmente, comenzó el desfile de los deportistas. El primer abanderado en pisar la pista de atletismo fue el de la representación griega. Para el deporte argentino, el momento esperado llegaría a las 15.35, cuando con Carlos Espínola como abanderado por segunda edición consecutiva, la delegación nacional hizo su pasada en el desfile inaugural. Los atletas argentinos, que fueron la decimoséptima delegación en concretar su participación, aparecieron vestidos con camisas blancas y pantalones o polleras beiges. Los tenistas David Nalbandian y Agustín Calleri, los equipos de básquetbol, vóleibol y ho-
ckey sobre césped masculino fueron algunas de las figuras más destacadas que participaron del tradicional ritual, ya que varios otros prefirieron quedarse a descansar de cara a las competencias.
A las 16 se produjo una de las mayores ovaciones de la ceremonia, a raíz del paso de los atletas de Irak, quienes fueron estruendosamente aplaudidos hasta que ocuparon su lugar junto al resto de las delegaciones que habían desfilado hasta entonces. También recibieron aplausos la presencia de Afganistán y Palestina, mientras que los atletas estadounidenses debieron caminar en medio de algunos silbidos.
Tras finalizar el desfile, los organizadores se reservaron dos sorpresas más: la actuación de la cantante islandesa Björk y el mensaje de dos astronautas (un ruso y un norteamericano), en órbita por el espacio. El punto culminante de la ceremonia fue cuando Nikos Kaklamanakis se acercó al pebetero para encender la llama olímpica y dejar así oficialmente inaugurados los Juegos.