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› BOCA SUPERO 2-0 A OLIMPO EN BAHIA BLANCA, EN UN PARTIDO FLOJO
Cagna aportó la única inspiración
Con dos goles de su capitán, uno de tiro libre, el equipo de Miguel Brindisi se trajo tres puntos importantes del Sur, pero cumplió una labor deslucida. Abusó del pelotazo en busca de Palermo y generó muy poco juego asociado. El domingo recibe en la Bombonera a Racing, que derrotó 2–1 a Instituto y es el único líder del Apertura con el puntaje ideal.
A pesar de una muy pobre exhibición de fútbol y de una apuesta desmedida al pelotazo a dividir, un síntoma que comienza a repetirse y no debería tardar en llamar la atención del entrenador Miguel Brindisi, Boca derrotó ayer por 2-0 a Olimpo en Bahía Blanca. Los dos tantos los marcó el capitán Diego Cagna, en el complemento: el primero, con un violento remate de derecha al segundo palo del arquero Cambiasso; el segundo, de tiro libre, con un buen disparo que pasó por encima de la barrera, pegó en la cara interna del travesaño y se metió en el arco.
Poco fútbol durante los 90 minutos. No ayudaba el estado de la cancha, pero tampoco lo hacían los jugadores, propensos a reventar la pelota antes que a jugarla a un compañero. El partido parecía condenado a un empate, porque en desprolijidades ninguno de los equipos se diferenciaba del otro. Por momentos era más fea la propuesta de Boca: centros y más centros buscando a Palermo, que no aparecía; nula subida de los laterales, que cuando sí se animaban a pasar terminaban revoleando para el que sea. Olimpo ofrecía casi lo mismo.
Sin embargo, de tanto en tanto aparecía alguna chance de gol, como la que tuvo Palermo cuando enganchó de volea un centro de Carreño y la pelota terminó pasando cerca del arco o cuando para los locales Diego Galván sacó un violento derechazo que perforó el costado de la red del arco de Abbondanzieri. El mismo delantero iba a sacar luego un remate cruzado que también pasó cerca y después iba a habilitar con un centro a Rueda, que no llegó ante la salida del arquero boquense.
Tras el descanso, entre pelotazo y pelotazo, el azar quiso que Boca tuviera una nueva chance, tras un error grosero del defensor Javier Páez, quien al querer cortar un centro de Vargas terminó habilitando a Cagna, que se había cambiado con Guglielminprieto y jugaba a la izquierda, para que desde el vértice del área rematara al segundo palo: el disparo pegó en el palo y entró. La reacción del equipo de Juan José López no tardó en llegar: un centro de Rueda para Galván, que entraba solo y sin marca y que el arquero de Boca consiguió cortar.
De tiro libre, Cagna consiguió ampliar el marcador y entonces Boca no dudó en bajar el telón. Ingresaron Cangele, se vieron algunas pisadas, Ledesma y Cardozo. Olimpo intentó la heroica, pero no la encontró. Angel Sánchez pitó el final y entonces sí, Brindisi sonrió.
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