Luego del empate sin goles ante Arsenal, que significó la eliminación de la Copa Sudamericana, River también sumó otro motivo para preocuparse: el volante Marcelo Gallardo, quien sufrió un fuerte golpe en su rodilla derecha ante el equipo de Sarandí, no se entrenó ayer, pero se concentró para enfrentar mañana a Quilmes, en la novena fecha del Apertura. Como consecuencia de esta nueva frustración internacional, el presidente de la entidad, José María Aguilar, visitó ayer por la mañana al plantel en el estadio Monumental, con el objetivo de transmitirle tranquilidad en este momento, y los animó para poner todos los esfuerzos para repetir el título local. “Es duro, pero no hay que dramatizar”, señaló Aguilar.
El técnico Leonardo Astrada dialogó con los jugadores durante diez minutos, dentro del vestuario, donde luego se presentó el principal dirigente. La intención fue revertir el ánimo que provocó la despedida del certamen sudamericano. Luego del entrenamiento, el volante Javier Mascherano señaló que “fue doloroso haber sido eliminados. No estamos en nuestra mejor versión, bajamos mucho el nivel, y por eso no pudimos ganar en nuestra cancha. Acá los culpables somos todos. Pero ahora hay que pensar en el partido del domingo y estar tranquilos para revertir la situación”, comentó el volante central.
En tanto, Gallardo fue observado por el médico Luis Seveso y luego realizó trabajos de kinesiología con Jorge Bombichino. El lunes próximo le harán una ecografía para evaluar el grado real de la lesión sufrida. En el equipo que se presentará mañana, el ex Huracán Luis González reaparecerá en el mediocampo. Además, el entrenador decidió citar también al defensor Fernando Crosa, quien jugaría desde el inicio. Los que comenzarían el encuentro serán Costanzo; Gerlo o Crosa, Tula, Nasuti, Barzola; Pereyra, Mascherano, González, Gastón Fernández; Sand, Salas.