La aceptable campaña que Independiente está cumpliendo en el torneo Apertura no alcanza a disimular la profunda degradación institucional que padece el club. A las denuncias presentadas en la Justicia sobre irregularidades en el cobro de primas de algunos futbolistas y manejos indebidos de fondos, se suma otro notable caso: la denuncia de una sobrefacturación de casi un 250 por ciento mediante la falsificación de un documento, en el que figura la firma del encargado de compras de la institución.
El fabricante de filtros para piletas olímpicas Alfredo Radice recibió a mediados de agosto del 2003, en su local de Ituzaingó, un pedido de cotización de parte de Independiente para que realizara una serie de obras en el complejo de Wilde.
El 19 de agosto de 2003, Radice presupuestó la “provisión de material filtrante”, el traslado y la “puesta en marcha” de la obra en 6580 pesos. Las reparaciones se llevaron a cabo y Radice facturó el precio presupuestado con una factura que lleva el membrete de su comercio y el número 631.
Sin embargo, al rendirse en la contaduría del club, la factura incrementó su valor de forma inexplicable, pero conservando el número original con el cual fue emitida, aunque la fecha de emisión no es el 22 de octubre, sino el 26. La descripción de los trabajos, que en la factura original ocupa cuatro líneas, en la segunda se destacan en diez.
¿La minuciosidad habrá sido para justificar, precisamente, la inflación galopante que sufrió el cargo? Con la firma del titular del departamento de compras del club, Norberto Loreto, avalando la operatoria, Independiente pagó 22.800 pesos, tal como consta en el documento que figura en los asientos contables del club. Es decir, un sobreprecio del 246 por ciento respecto del presupuesto original.
En julio de este año, un socio de Independiente que pidió no ser identificado presenció los trabajos que la empresa de Radice realizó en el lugar. Como le pareció excesivo que la institución pagara tanto por reparar el filtro de la pileta, decidió contactar a Radice e informar del hecho a la comisión revisora de cuentas.
Al tomar conocimiento, el piletero mostró la factura original y la nota donde presupuestó su trabajo. El comerciante se contactó luego con los directivos del club para pedir explicaciones. Según sus dichos, el vice Fernando Sciaccaluga le prometió encargarse de indagar sobre el misterioso incremento de la factura. Sin embargo, no se presentó denuncia alguna.
Página/12 consultó sobre el tema al propio Sciaccaluga, quien dudó de la autenticidad del hecho y señaló que no era su responsabilidad supervisar las contrataciones.
–Como vicepresidente del club ¿no debió usted estar informado sobre esta irregularidad y denunciarla?
–A mí no me consta que se haya inventado una factura para reemplazarla por otra. No sé si eso pasó. La responsabilidad de controlar el dinero que entra y sale del club es de la tesorería.
–¿Pero la responsabilidad de su función no lo obliga a denunciar este caso?
–Bueno, hay que ver si es cierto. Y si es así, vamos a presentar la denuncia. Pero primero tenemos que saber la verdad.
Fuentes consultadas por este diario aseguran que podrían existir otros casos que se agregarían a las irregularidades denunciadas durante la gestión de Andrés Ducatenzeiler como presidente del club.

Producción: Leonardo Castillo