Vélez empezó a despedirse del sueño del campeonato. Con una actuación muy pobre, el equipo de Alberto Fanesi cayó 1-0 con Instituto y ahora necesita casi un milagro para aspirar al título, ya que está a dos unidades del líder Newell’s con un partido más. Daniel Jiménez anotó el único gol de los cordobeses, que obtuvieron su primera victoria como local en el certamen.
En muy pocos minutos de juego, Instituto hizo suficientes méritos como para ponerse en ventaja. Con la movilidad de Peralta por izquierda y la habilidad de Raymonda por el medio, el conjunto cordobés resultó claramente superior y, antes de los quince minutos, creó cuatro ocasiones muy concretas frente al arco de Sessa. La más favorable fue un desborde de Peralta, que envió un centro para Caprari, pero el delantero remató por encima del travesaño. Luego, sucesivamente desperdiciaron sus chances Peralta, Raymonda y otra vez Caprari, aunque en esa ocasión el que intervino con acierto fue Sessa para evitar el tanto.
A esa altura, Vélez era pura confusión. Sus volantes no podían cortar los circuitos ofensivos del rival, y mucho menos manejar la pelota cuando la recuperaban. Ante esa situación, los que sufrían eran los defensores, que se veían superados por los mediocampistas y atacantes adversarios. Para que el panorama de Vélez fuese más oscuro todavía, ni Rolando Zárate ni Valdemarín podían conectarse con sus compañeros, ya que permanecían demasiado aislados. De esa forma, no llamó la atención que el conjunto de Fanesi apenas pateara una vez al arco en el primer tiempo, cuando cerca del final Valdemarín recogió un centro de Sena y apenas inquietó a Caranta con un disparo débil. Con semejante desarrollo, lo mejor para Vélez fue irse al descanso con el partido empatado. Y el resultado pudo haber sido aún más injusto en la primera jugada de la segunda etapa, cuando Valdemarín remató desviado ante la salida del arquero.
La esperada levantada del visitante llegó. Con un poco más de actitud y parado unos metros más adelante, los de Liniers emparejaron el trámite y generaron algunas situaciones de peligro. Por el contrario, los ataques de Instituto se tornaron cada vez más aislados. La estrategia elegida por Garisto fue tirarse atrás y esperar para contragolpear. Y por esa vía tuvo éxito. Raymonda asistió a Jiménez –un paso adelantado–, que bajó el balón con el muslo y definió con un zurdazo cruzado ante la salida de Sessa. Y allí empezó a esfumarse la chance de campeón de Vélez.