DEPORTES
› RECRUDECE EL RACISMO EN LAS CANCHAS INGLESAS
Pandora está jugando en Europa
› Por Marcelo Justo
Los incidentes en el amistoso España-Inglaterra del miércoles pasado parecen haber abierto la caja de Pandora del fútbol europeo. El domingo no fueron aficionados españoles los que dispararon insultos sobre jugadores negros ingleses sino los mismos fanáticos británicos, quienes, según el delantero del Birmingham, Dwight Yorke, lo agobiaron con los términos y gesticulaciones más racistas del mundo.
La Asociación del Fútbol Inglés (FA) indicó ayer que estaba investigando los hechos. El Birmingham de Yorke y el equipo local, el Blackburn Rovers, de cuyas tribunas habrían partido los insultos, señalaron que realizarían su propia pesquisa. Como la “incitación al odio racial” es un delito punible por la ley, la misma policía de Lancarshire, hogar del Blackburn, en el norte de Inglaterra, se encargará de investigar los hechos.
El tema no se limita a Inglaterra ni se agota con una simple investigación policial. El defensor de la selección inglesa y del Arsenal, Ashley Cole, exigió la cabeza del técnico de España, Luis Aragonés. “A mi juicio, él empezó todo. Con lo que dijo, no me sorprende que los fanáticos se hayan comportado como lo hicieron. Y todavía nadie lo ha condenado. La Asociación Española tiene que echarlo”, dijo Cole. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se sumó a la polémica con sus declaraciones. Blatter aseguró que él habría apoyado al equipo inglés si éste hubiera decidido dejar el campo de juego. “Todavía estoy profundamente entristecido por lo que ocurrió”, subrayó.
El partido que España le ganó 1-0 a Inglaterra llegó precedido por la controversia que desató un comentario de entrenamiento que Aragonés le hizo a José Reyes, el español que ha descollado en el Arsenal. El entrenador le dijo a Reyes que mejorara su desempeño, que en la selección nunca alcanzaba los niveles del Arsenal a pesar de que él era mejor que ese “negro de m...” de Thierry Henry.
Antes del partido, la prensa inglesa preguntó a Aragonés sobre sus comentarios, y el técnico se lanzó con una diatriba sobre la explotación inglesa de los negros y las colonias. Cuando el partido entre ambas naciones, que tienen una rivalidad histórica y futbolera, se encendió, las tribunas empezaron a perseguir a los jugadores de color ingleses con todo tipo de cánticos. “La falta de reacción después de lo que dijo Aragonés demuestra lo poco polémicas que son las actitudes racistas en España”, opinó el francés del Arsenal, Patrick Vieira, objeto de este tipo de insultos en partidos contra La Coruña y Valencia en la Champions League.
La mayoría de la prensa inglesa deploró la conducta de los españoles, a los que acusó de bárbaros, aunque algunas plumas un poco más sofisticadas recordaron que, este año, un conocido ex jugador, entrenador y comentarista de fútbol inglés, Ron Atkinson, hizo lo mismo y que un jugador de la talla de John Barnes, que tuvo a mal traer a la defensa argentina en el Mundial de México de 1986, sufrió un trato similar a lo largo de su carrera.
El incidente con Yorke podría estar dándoles la razón.