Jue 25.11.2004

DEPORTES

Boca, que sufría por el gol, hizo cuatro en 14 minutos y se ilusiona

Perdía 1-0, pero Traverso abrió la cuenta y vino la repentina catarata. Es una buena ventaja para buscar la final en Porto Alegre.

Por P. V.

Es una paradoja. Boca estuvo 578 minutos sin convertir un solo gol y en apenas 14 minutos anotó cuatro. Tuvo que sufrir un tanto del Inter para reaccionar, pero en menos de un cuarto de hora animó un festival de goles que, prácticamente, lo depositan en la final de la Copa Sudamericana, porque le permiten ir en una muy cómoda situación a la revancha de la semifinal, en Porto Alegre, el miércoles próximo.
Es otra paradoja. El arquero brasileño Clemer, que había sido la figura del primer tiempo a favor de las varias situaciones de gol que Boca había generado en la primera mitad, terminó siendo un involuntario colaborador de la goleada que se comió en apenas 14 minutos, incluido un gol en contra.
Hubo más paradojas. Cuando la cátedra futbolera había aceptado que esta versión 2004 de Martín Palermo había vuelto de España más jugador de equipo, el delantero dejó de hacer lo que sabía y Boca afrontó la peor sequía goleadora de su historia. Tuvo que abrir la cuenta Traverso y generar el segundo Cagna –dos que no son atacantes– para que el delantero pudiera volver a mojar, aunque en posición muy dudosa.
Fue paradójico que el Inter, que hizo un primer tiempo de la misma inteligente manera en que Boca jugó muchos partidos como visitante en la era Bianchi, sin arriesgar pero trabajando los errores del local, desacelerando el ritmo del partido e imponiendo su propio tranco para generar peligro cada tanto, tuviera una recaída tan fabulosa en el complemento, que puede resultarle letal.
Paradójico, porque ese segundo tiempo fatal para los brasileños había arrancado con una alegría, cuando Schiavi cometió la equivocación fatal sobre la derecha. Diego se la robó, entró al área, tocó al medio y Sobis sacó un derechazo que Abbondanzieri tocó pero no alcanzó a desviar.
Paradójico, porque cuando parecía que Boca se hundía, le llegó la redención en cuatro tiempos. El primero, un tiro libre tirado al área, conectado por Cagna y mal devuelto por Clemer, un rebote que Traverso conectó en el área chica para liquidar la sequía; el segundo, un remate del capitán de 30 metros, que dio en el palo derecho, en la espalda del arquero y se coló en el arco; el tercero, un jugadón de Tevez que terminó en un centro bajo que pasó al arquero y que Palermo, en situación discutible, conectó al arco vacío; el cuarto, una media vuelta sorpresiva de Cardozo en el área que contó con la desatención de Clemer.
¿La paradoja final? La fiesta de Boca sufrió como cierre el descuento de Diego...

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