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› BERTONI SE ENOJO CON BOCHINI Y SE FUE DEL ROJO
Una pared que se vino abajo
El entrenador dejó Independiente un día antes de jugar con Estudiantes. “Al Bocha lo apoyé cuando era técnico”, se quejó Bertoni.
Aquella vieja sociedad que levantaba paredes con las que ganar finales del mundo, como la que en 1973 venció a Juventus en Roma, entró en crisis. Daniel Bertoni se enojó con las críticas de Ricardo Bochini y, sintiéndose “usado” con el tácito ultimátum que le dieran los dirigentes de Independiente, eligió no seguir siendo el entrenador del equipo rojo justo 36 horas antes del cruce contra un rival histórico, Estudiantes, que llega esta noche a Avellaneda peleando por la punta, en el arranque de la 17ª fecha. Una auténtica novela de enredos a la que está resultando tan afecto el viejo y querido fútbol argentino.
“Escuché las críticas de Bochini. Criticar ahora es fácil, de esta manera no se actúa. Yo siempre traté de apoyarlo cuando él fue técnico. El Bocha decía que este equipo tenía que atacar más... ¿y cuántos delanteros tenía yo? Les puse el pecho a las balas y afronté la situación”, dijo Bertoni, a quien reemplazará Pedro Damián Monzón hasta el final del torneo. A los nombres que circulaban el miércoles como eventuales candidatos (Passarella, Menotti, Falcioni) se sumó el de Jorge Burruchaga.
Bertoni es el octavo DT que deja su puesto en el Apertura, sosteniendo la media de un técnico saliente cada dos fechas, y el segundo que “echa” River en tres fechas: Miguel Brindisi renunció a Boca después de perder el superclásico, en la 14ª fecha; Bertoni se va después de caer 3-0 ante el equipo de Astrada, el único equipo grande que no perdió su entrenador en el Apertura. Ya habían dejado su cargo Fillol (Racing), Gorosito (San Lorenzo), Púa (Central), Batista (Argentinos), J. J. López (Olimpo) y Anzarda (Huracán de Tres Arroyos).
“Me sentí usado por los dirigentes –afirmó Bertoni–. Me confirman después del partido con River y ahora dejo el club. Me usaron. En la vida hay un principio y un fin, y en el fútbol pasa lo mismo. Tomé la determinación porque no quería sentirme más usado”, insistió.
En agosto, Bertoni había llegado de manera repentina a la conducción de Independiente, tras el fallecimiento de José Omar Pastoriza: Independiente jugó 16 partidos, con 5 victorias, 4 empates, 7 derrotas y 19 puntos; en el mismo período, con Reinaldo Merlo en el banco, Estudiantes sumó 7 triunfos, 8 empates y una sola caída, reuniendo 29 unidades. El equipo de Merlo no ganó mucho más que Bertoni, pero perdió mucho menos.
“Merecía quedarme –opinó el renunciante entrenador–. Necesitaba paciencia para trabajar con un plantel que no había elegido. No era justo que me evaluaran por cómo le iba al equipo en los próximos partidos del torneo Apertura”, explicó Bertoni.
El vicepresidente de Independiente, Fernando Sciaccaluga, lo desmintió: “No iban a ser tres partidos, pese a que había asumido en una situación desfavorable, tras la muerte de Pastoriza”. Pero el dirigente Julio Comparada había dicho el jueves: “El problema de Independiente es más anímico que futbolístico”. Bertoni no estaba en buenas relaciones con algunos referentes del plantel, como el arquero Carlos Navarro Montoya.
Según Bertoni, “Comparada me pidió que reviera la decisión que ya había tomado. Pero era tarde. Ojo, que no me molestó que hubieran hablado con otros técnicos para reemplazarme estando yo en funciones. Eso pasa siempre en el fútbol”.