Julio Grondona es el presidente de la AFA desde 1979. Los directores técnicos César Menotti (Mundial ’82), Carlos Bilardo (Mundiales ’86 y ’90), Alfio Basile (Mundial ’94), Daniel Passarella (Mundial ’98) y Marcelo Bielsa (Mundial ’02) fueron sus empleados, así como lo es ahora José Pekerman. Por lo tanto, entre otras cuestiones y otros negocios, tiene como empleador la obligación de controlar todo lo que tiene que ver con las selecciones nacionales.
Casi quince años después del partido Argentina 1-Brasil 0 en el Mundial de Italia, el tema volvió a la luz a partir de veraces, mentidas o desmentidas declaraciones de Bilardo respecto del bochornoso episodio en el cual al brasileño Branco se le ofreció por parte de auxiliares del equipo argentino –“Galíndez”, el aguatero– alguna sustancia equívoca por agua, y que Diego Maradona hizo referencia a un supuesto “bidón de Dios” –por supuesto no lo dijo en estos términos, que son producto de quien esto escribe–. Algo que además fue reiteradamente mencionado por el ahora ex relator del régimen, Marcelo Araujo, que en cada oportunidad en que jugaban Argentina y Brasil, con Branco en la cancha, vociferaba: “Che, Branco, Galíndez trajo alguna cosita para vos...”.
En la desaparecida señal de cable VCC, el recordado Carlos Juvenal y el firmante de esta columna realizaron una investigación con los videos del partido y la situación del bidón, que luego fue profundizada con especialistas en lecturas de labios durante Fútbol prohibido, programa que por otras causas fue instado a salir del aire porque molestaba a la hegemonía dominante de quienes manejaban y manejan a piacere la televisación del fútbol.
A raíz de los dichos de Maradona, Grondona aseguró entre otras cosas que Diego “quiso hacer un chiste y le salió mal” y que “no estaba en su sano juicio” cuando dijo lo que dijo, para coronar su impunidad dialéctica recomendando “ir a buscar el bidón, a ver qué dice...”. Es cierto que, en su momento, nadie entre los brasileños hizo un reclamo en tiempo y en forma. Pero era vox populi entre varios de los jugadores de la Selección –y también entre muchos que no lo eran– que el “bidón de Branco” no tenía agua. Habría que averiguar qué entiende el especialista en generalidades Julio Grondona por “sano juicio”. Y no solamente respecto de los dichos de Maradona. Es que si hubiera “sano juicio”, pero en serio, esta columna jamás hubiera sido escrita y quizá Branco, de haberle tocado el antidoping, hubiera sido severamente sancionado por una trampa de los empleados de Grondona.