La apuesta argentina era muy alta: ganarle a Colombia, asegurar la clasificación para el Mundial de Holanda y, además, mantener vivas sus chances de luchar hasta el final por la obtención del título sudamericano. Con el empate, tuvo éxito a medias: se clasificó para la cita en Holanda, en junio próximo, pero se quedó sin oportunidades de pelear por el título sudamericano que, además de Colombia, tiene chances de obtener Brasil.
No se había acomodado todavía bien en la cancha el equipo de Tocalli cuando el árbitro paraguayo Ricardo Grance sancionó un claro penal a favor del equipo local, que el goleador del torneo, Hugo Rodallega, convirtió categóricamente (las dos veces que debió ejecutarlo).
En desventaja, Argentina no se desesperó y trató de manejar la pelota, de imponer su jerarquía aprovechando que Colombia parecía especular demasiado con el resultado parcial. Mejoró Argentina y pudo empatarlo Peirone, tras un centro que le llegó por la derecha, pero el delantero no consiguió cabecear ante la salida, con choque, del arquero Arenas.
La levantada del conjunto nacional tuvo su premio promediando la primera etapa. Un tiro libre en la puerta del área le permitió a Ezequiel Garay empatar el trámite con un violento remate al primer palo del arquero, que se quedó sin reacción.
Los colombianos acusaron el golpe y volvieron a la carga con un buen disparo de larga distancia que obligó al arquero Ustari a despejar al corner, pero el equipo argentino no se quedó atrás y continuó dominando la pelota, con claras intenciones de trabajar un posible victoria.
Rodallega tuvo otra chance de gol, de tiro libre, pero Ustari consiguió contener el disparo. Los últimos minutos de la primera etapa fueron apagados. No llegaba Argentina, tampoco lo hacía Colombia: ninguno de los dos se animaba a arriesgar algo más.
Tras el descanso, la Argentina salió más decidida en ataque, con un buen trabajo de Sosa, y obligó a los locales a retrasarse. Pero siguió fallando en los últimos metros y no consiguió desnivelar. Mucho más les costaba llegar a los locales, que no conseguían hacer pie en el medio, donde mandaban los argentinos.
Al conjunto nacional le costó mantener el ritmo que se había planteado en el entretiempo y terminó luchando palmo a palmo hasta el último minuto. Tuvo algunas chances para ganarlo, como la de Maidana en el final, pero esta vez no se le dieron.