La peor versión de Gastón Gaudio se mostró ayer en el Foro Itálico. Molesto y malhumorado, costaba creer que ese tenista era el mismo que, menos de un año atrás, se consagrara campeón del Abierto de Francia en Roland Garros. El español David Ferrer lo hundió en menos de una hora, venciéndolo 6-0, 6-1 en 59 minutos.
Ferrer había perdido ante Gaudio en las cuatro confrontaciones anteriores, todas sobre polvo de ladrillo; la última hace quince días, en el Conde de Godó de Barcelona, cuando el argentino lo derrotó en dos sets. Por eso nadie, ni siquiera el mismo rival, esperaba una versión tan deslucida del número cinco del mundo.
“La verdad es que empecé muy bien y Gaudio, quizá, tras ver cómo yo ganaba 4-0, se fue del partido y empezó a darme facilidades. Empezó a quejarse de la luz, pero era igual para ambos. Estoy muy feliz por cómo jugué”, dijo Ferrer. Gaudio recibió un aviso del umpire y, ante un error no forzado, tiró su raqueta al piso, rompiéndola en dos pedazos, lo que le valió el descuento de un punto. Ante una acotación de Ferrer, reaccionó airadamente.
En todo el partido, Gaudio sólo pudo ganar un juego, el primero del segundo set, al romper el saque del español. Duró muy poco la ventaja, pues el español le contestó con seis juegos consecutivos. “Esperaba ganar, pero no ir tan rápido –admitió Ferrer–. Había perdido con Gaudio los cuatro enfrentamientos anteriores, pero estuvieron muy igualados y tuve mis opciones. Me encuentro en un buen momento y eso me daba confianza para vencerlo.”
Las estadísticas del partido son contundentes: el porcentaje de puntos ganados con el primer servicio fue de 69 por ciento para Ferrer y 36 por ciento para Gaudio; los del segundo saque fueron aún peores: 56 a 18. Ferrer conquistó 58 puntos a lo largo del partido; Gaudio, sólo 29.
De esta manera, cuatro españoles llegaron a cuartos de final, después de que Rafael Nadal venciera a Guillermo Cañas (ver aparte), Alberto Martín superara al peruano Luis Horna y Fernando Verdasco superara en un intenso partido al primer preclasificado, el estadounidense Andy Roddick, que tuvo un gesto desusado en la alta competencia: tenía un triple match-point cuando Verdasco cometió una doble falta. El árbitro le dio el partido al norteamericano, pero éste le señaló que el saque había sido bueno. El punto fue para Verdasco, que acabó ganando ese juego, el set y después el partido. “No creo que haya sido nada espectacular de mi parte”, dijo Roddick.