San Lorenzo vivió ayer una noche espantosa en el Nuevo Gasómetro: se despidió de la Copa Libertadores 2005 sin un solo triunfo, perdiendo el último partido del Grupo 7 contra el campeón Once Caldas, mientras el escaso público que se atrevió a acercarse a la cancha se dedicó a hostigar a los jugadores, algunos de los cuales realizaron declaraciones hostiles contra Héctor Veira, una debilidad de la hinchada, luego de que el entrenador renunciara a su cargo.
En un clima destemplado que no invitaba a jugar, el equipo de Boedo volvió a exhibir una notable carencia de poder ofensivo porque pese a generar las mejores situaciones dentro de un partido de escaso nivel futbolístico, recibió el único gol del partido cuando Viáfara quedó solo dentro del área local y, eludiendo a Ramírez, anotó.