DEPORTES
› CRONICA SOBRE LAS REPROGRAMACIONES QUE HIZO LA AFA ESTA SEMANA
Un monumento a la desorganización
Mal asesorada o por presiones policiales, la máxima entidad del fútbol modificó los horarios y días de casi todos los partidos e incluso durante varias horas la jornada estuvo suspendida.
No corresponde aceptar la desorganización porque estamos acostumbrados a ella. No es serio que, en todos los campeonatos, de la A a la D, los horarios se modifiquen por exigencia de la televisión o la policía. Es sí una falta de respeto el destrato que sufre la gente cada vez que intenta ir a la cancha. Y hay sí un único responsable de que esto suceda: la AFA. Los partidos que se jugaron y se jugarán este fin de semana fueron la mejor prueba. Asistimos, en plena definición de todos los torneos, a adelantamientos, desdoblamientos, postergaciones y hasta una suspensión momentánea de la Primera División el miércoles por la tarde. Despropósito típico de un fútbol que, una vez más, subestima la adhesión, el tiempo y el dinero de los hinchas.
Que sí, que no, que Banfield-Racing se programa primero y Vélez-Estudiantes después, que la Policía Bonaerense sugiere problemas insuperables por un acto piquetero en Avellaneda, que seis partidos de los diez de la fecha cambian de día o de horario, todo hecho a medida para desconcertar y sacar de quicio a cualquiera.
A saber, el lunes 20 la grilla de la anteúltima fecha del campeonato era ésta: viernes, 21.10, Banfield-Racing (se disputa hoy a las 17.10); sábado, 16 horas, Huracán de Tres Arroyos-Instituto (va esta tarde a las 15.30); sábado, 16.10, Independiente-Arsenal (juegan esta noche a las 19.20); domingo, hora 14, Rosario Central-River (se enfrentan el mismo día, pero a las 15); domingo, 16.10, Vélez-Estudiantes (se postergó una hora) y por último, Boca-Quilmes, que iba hoy a las 18.30 (se adelantó para las 15).
Los únicos partidos que se mantuvieron igual fueron Gimnasia-Newell’s y San Lorenzo-Lanús (ambos se disputaron ayer), además de Colón-Argentinos y Olimpo-Almagro, que están previstos para hoy a las 15.30. Los desbarajustes también ocurrieron en el peor momento. Julio Grondona, figura omnipresente si la hay en nuestro fútbol doméstico, se encuentra en Alemania, asistiendo a la Copa de las Confederaciones. Por consiguiente, los dirigentes que se quedaron en Buenos Aires no resistieron ciertas presiones y se vieron desbordados.
El papelón llegó a su clímax cuando el miércoles por la tarde, la decimoctava fecha del torneo Clausura quedó suspendida por algunas horas. ¿Qué había ocurrido? Una fuente de la seguridad deportiva en la Provincia de Buenos Aires, consultada por Página/12, dijo lo siguiente: “Al ministro León Arslanian lo asesoraron mal algunos jefes de inteligencia. Le dijeron que podía haber problemas entre los hinchas, que van a las canchas con los piqueteros, que harán un acto en Avellaneda. Y, que se sepa, no hay antecedentes de enfrentamientos entre ellos”.
Por ese motivo, desde el territorio bonaerense le hicieron llegar a la AFA una señal para evitar la superposición del homenaje a los militantes populares, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán (hoy se cumplen tres años de sus asesinatos a manos de la Policía en la estación Avellaneda), con los dos encuentros de la fecha que pueden definir el título de campeón, en Liniers y Banfield. Dos partidos que no demandan el flujo masivo de hinchas por el Puente Pueyrredón –que estará cortado hasta hoy a las 18–, porque los simpatizantes de Estudiantes, camino a Vélez, vienen por lo general desde La Plata por la autopista o por el Puente Avellaneda. Y los de Racing, en su trayecto hacia Banfield, tampoco deben utilizarlo.
Cuando la suspensión de la fecha había cobrado fuerza, Grondona, Mario Gallina y también Javier Castrilli –se encuentra como aquel en Alemania– pidieron revisar la programación y acomodaron el fútbol como pudieron. Aunque quedaba por resolver algún que otro partido, como el de Chacarita y Defensores de Belgrano, que definía el descenso a la B Metropolitana y que se adelantó un día (iba a jugarse hoy a las 13 y pasó para ayer a las 12).
Una verdadera pinturita, digna de un fútbol que, por su concepción comercial, es el de un país bananero. Donde la televisión gobierna, los dirigentes se rinden a sus pies sin murmurar, las distintas policías pasan por ventanilla y los hinchas son el último convidado de piedra.
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