DEPORTES
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Dónde invertir los recursos
Por Osvaldo Arsenio *
Al analizar cómo invertir más exitosamente los recursos disponibles, vemos que varios deportes panamericanos y olímpicos, en especial de equipo, poseen raíces profundas en el afecto y reconocimiento de la gente y los medios; hay los que resultan atractivos para los sponsors privados, y los hay también visualmente bellos o dinámicos y excitantes, pero aún restringidos en su reconocimiento y práctica; otros, en tanto, son apreciados sólo por una minoría de practicantes y pueden considerarse casi en riesgo de extinción en su práctica: existen 10 disciplinas con menos de 500 federados activos y alguna con menos de 20, como los clavados.
Sin embargo, todos tienen algo en común: en la confrontación olímpica, cada éxito cuenta en el medallero sin otros adjetivos que el número final logrado por un país. Así se vio en Atenas y se reproducirá en Beijing 2008.
Por supuesto, el conocedor no tiene dudas de que algunas disciplinas implican una enorme competencia entre decenas de países y miles de especialistas de primer nivel, mientras que otras no son tan difundidas internacionalmente y los practicantes de alto nivel son muchos menos.
A la hora de definir una estrategia para nuestro deporte futuro necesitamos objetivos simples y concretos, como afianzar lo logrado en varios deportes e intentar ayudar el desarrollo creciente de otros, analizando con seriedad debilidades y fortalezas propias y ajenas en especial en la competencia panamericana, buscando alternativas favorables en nuevas especialidades, en particular en la rama femenina.
Si se toman en cuenta los ocho deportes con más medallas en disputa para Río 2007 y Beijing 2008, suman casi el 60 por ciento del medallero, en tanto que su participación en el presupuesto deportivo nacional es hoy menor al 25 por ciento; este crucial punto estratégico debe ser revisado.
Es inevitable la comparación con otros países: en España, el atletismo consume el 9,5 por ciento del presupuesto deportivo para alto rendimiento; en Alemania es el 9,7 y en Francia alrededor del 9 por ciento; en la Argentina cae al 3 por ciento en una disciplina que distribuirá casi el 15 por ciento de las medallas en juego tanto en Río como Beijing.
La ecuación para nuestra estrategia de futuro es simple: necesitamos continuar aumentando el presupuesto para el deporte social y de competencia, que este año se incrementó en un 30 por ciento e intentar el despegue de deportes no masivos, algunos de los cuales reparten más de 30 medallas en los Juegos, invirtiendo en el desarrollo, la detección de jóvenes talentos y la capacitación y renovación técnica y dirigencial.
Es cierto también que la comparación con países líderes es dificultosa debido a las diferencias abismales en la educación física básica de la escuela primaria y los presupuestos anuales disponibles (a veces hasta 40 veces mayores).
Sin embargo, las diferencias, que las hay, dejan lugar –por desconocimiento u omisión– a fantasías acerca de paraísos en donde el atleta de elite lo recibe todo sin restricción alguna. Esto no es siempre así: para acceder a una beca universitaria en los Estados Unidos, el deportista debe firmar una declaración jurada en la que indica que no recibió dinero alguno por competir en su especialidad.
No hace tanto, una promisoria deportista argentina debió comprometerse a devolver un premio recibido durante una Copa del Mundo para que las autoridades de una universidad norteamericana la admitieran. En España, un medallista de oro olímpico percibe 60 mil euros al año por parte del Estado como beca máxima, pero después de una cierta cantidad de dinero obtenido el deportista paga hasta un 35 por ciento de impuesto a las Ganancias como un profesional de cualquier especialidad.
Todos estos temas, conectados a un proyecto deportivo, se vinculan en tres esferas totalmente relacionadas: el marco teórico y técnico de la estrategia elegida y sus objetivos mensurables en el tiempo, la posibilidad material de ejecución y la dinámica y transparencia de la gestión administrativa.
Debemos saber que ningún país ha obtenido resultados importantes y duraderos sin que estas tres variables se conjuguen de manera efectiva.
* Director nacional de Deportes.