Sáb 02.07.2005

DEPORTES

“Lo que quiero es una revancha”

Carlos Delfino asegura que mejoró su relación con Larry Brown y pretende quedarse en Detroit, aunque el entrenador siga en su cargo.

Por A. G.

Carlos Delfino es otro de los participantes ilustres del programa “Básquetbol sin fronteras”, tras completar en Detroit Pistons su primera temporada en la NBA. Luego de un comienzo promisorio, el santafesino sufrió una lesión que lo obligó a someterse a dos operaciones, de las que todavía no se considera totalmente recuperado. Para colmo, un cruce de declaraciones con su entrenador, Larry Brown, lo dejó al margen de los play offs y parecía quitarle chances de continuar en el flamante subcampeón de la liga. Sin embargo, Delfino le contó a Página/12 que su balance fue muy positivo mientras estuvo disponible y que pretende continuar en el equipo para tomarse una revancha y, si es posible, con Brown en el banco de suplentes.
–¿Qué balance hacés de tu temporada debut?
–Mientras estuve bien físicamente, considero que fue perfecta. Estaba cumpliendo mi sueño, ganando espacio dentro del grupo, tomando mucha confianza. En resumen, estaba jugando mucho tiempo en un lugar donde casi todos los jugadores quisieran estar. A partir de la lesión, todo se tornó muy cuesta arriba: la lenta recuperación que tuve, los problemas en la pierna, las segunda operación, el volver a la cancha y no sentirme de la misma manera. El no poder hacer jugadas que antes de la lesión podía realizar es algo que te pega muy duro psicológicamente, que te bajonea. Pero estoy muy tranquilo. Sé que lo primero que tengo que hacer es ponerme físicamente a la altura de lo que estaba antes. Todavía me falta bastante, pero voy a dejar lo mejor de mí para conseguirlo.
–¿Cómo es tu situación hoy en Detroit?
–Seguramente me voy a quedar ahí. Hasta hoy no cambió nada. Tengo dos años más de contrato y no está definido el entrenador. Incluso el lunes estoy viajando para allá para jugar la liga de verano con ellos, así que no hay ningún problema.
–¿Cambió tu relación con Larry Brown?
–La relación ahora es buena. Hay mucho más diálogo. A partir del problema que hubo y de lo que dije, la relación cambió para mejor. Eso es lo positivo. Se puede decir que está todo bien.
–¿Si se queda Brown preferís irte?
–No, yo lo que quiero es una revancha. Lo que quiero es jugar. No me fijo si está Larry Brown o no. Me fijo en jugar. Si puedo demostrar que estoy en condiciones de jugar, con Larry Brown en el banco, mucho mejor. Sería más revancha todavía. Lo importante es demostrarme a mí mismo que puedo estar y que puedo volver a lograr las cosas que conseguía antes de la lesión.
–¿Pensás que te falta algo para poder tener más protagonismo?
–No lo sé, yo traté de tener un lugar. Dejo lo máximo, pero después el que tiene que decidir es el entrenador, que es como el maestro en la escuela: te aprueba o no te aprueba. Puede haber mucha gente que diga que podés jugar, pero si hay uno solo, que es el entrenador, que dice que no, es lola. Lamentablemente es así.
–¿Te sorprendiste a vos mismo con lo que rendiste en el inicio de la temporada?
–Personalmente me sorprendió. Uno piensa “pucha, dónde estoy. Tengo protagonismo, mirá a quién tengo al lado, mirá a quién me toca defender...”. Y sí, te sorprendés un poco. Pero por otro lado, es a lo que uno apunta. Como competidor y como deportista es lo que uno pretende.
–¿Cómo viviste la final entre Detroit y San Antonio desde afuera?
–Para mí resultó durísima por no poder estar en la cancha, por no poder competir. Yo quería que Detroit ganara. Sufrí la final como los jugadores que estaban en la cancha. A nosotros nos faltó un jugador versátil como Manu. Teníamos un tirador de larga distancia con Chauncey Billups y desde media como Prince y Hamilton, pero no alguien como Manu. Y como argentino quería que él ganara el premio al MVP.
–¿Ya está aclarada con el entrenador Sergio Hernández la situación de cara al Premundial con la selección?
–Lo hablé con Sergio y por ahora estoy viendo qué pasa. Yo voy a ir a la Liga de Verano de Las Vegas y me voy a presentar para testearme físicamente. Después de eso, veré. Si la rodilla responde al ciento por ciento, todo bien. Pero después de la temporada dura que tuve y todos los favores que me hicieron en Detroit, yo lo tengo que devolver adentro de la cancha. Me esperaron, me dejaron venir a operar acá, con mis médicos de confianza, hicieron las cosas de una manera que no muchos las hacen. Por eso, el mayor respeto es volver al máximo allá, para ser el mismo de antes lo más pronto posible. Es el respeto de estar bien con la gente que te paga y que te cumple con el contrato.

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