Estaba cantado que aquella fiebre de Francia 1998, torneo al que acudieron cerca de 10 mil argentinos para seguir de cerca la actuación de la Selección Argentina, no iba a repetirse en esta ocasión. Menos de la décima parte de aquella legión visitará el Lejano Oriente detrás del equipo de Bielsa. En la Asociación del Fútbol Argentino sólo se vendieron 700 paquetes de entradas para el Mundial, pese a que la entidad tenía a la venta una cifra cuatro veces mayor de tickets.
La afligente situación económica y el elevado costo del traslado y la estadía en el Japón conspiraron contra el viaje de miles de hinchas. Ni siquiera está previsto que los barras bravas –habitués de la Copa del Mundo desde hace dos décadas– marchen a encontrarse con los hooligans ingleses en Sapporo, la ciudad más custodiada del torneo.
En la AFA se expendieron entre 400 y 450 paquetes para presenciar solamente los partidos que el seleccionado nacional afrontará en la primera fase, con valores para cada ubicación de entre 190 y 495 dólares. Además, se comercializaron otros 300 paquetes que incluyen, además de los tres primeros partidos, los encuentros de octavos y cuartos de final, semifinal y final, con precios que van desde los 110 dólares, la entrada más barata para los octavos, a los 825 dólares, el ticket más caro de acceso a la final del Mundial, que se jugará el 30 de junio en el estadio del Yokohama Marinos.
De todas maneras, no todos los que compraron tickets viajarán al Mundial: muchos los adquirieron para enviarlos a familiares o amigos residentes en Japón, ya que éstos no consiguieron las localidades en el país asiático, dada la fuerte demanda que se registró en los últimos meses.
La AFA había puesto a la venta unos 3000 paquetes de entradas, pero como sólo había pedido 600, los restantes 2400 se los entregó a una agencia de viajes para que se encargara de la venta al público en general y a los argentinos residentes de Japón.