El ex entrenador de Boca Jorge Benítez irá a juicio oral y público por su participación en los incidentes registrados en la Bombonera el 14 de junio pasado, cuando el equipo que conducía fue eliminado de la Copa Libertadores y Benítez escupiera al volante mexicano Adolfo Bautista. El fiscal contravencional Martín Lapadú pidió para Benítez ocho días de arresto y un año de inhabilitación para ejercer como director técnico e ingresar en cualquier estadio de fútbol.
Boca había sido goleado 4-0 por las Chivas de Guadalajara en el partido de ida de los cuartos de final del torneo continental y necesitaba un triunfo abultado en su cancha para seguir en carrera. El nerviosismo se apoderó del equipo que no podía quebrar el 0-0 y, faltando un cuarto de hora, un incidente entre Martín Palermo y Bautista derivó en la expulsión de ambos. Bautista se retiró por el lateral de la cancha, en donde se encuentran los bancos de suplentes, y al pasar por detrás de Benítez, éste le soltó un escupitajo que fue documentado por el fotógrafo de la agencia Télam, Alejandro Amdan. La foto resultó tan elocuente que el entrenador fue despedido por Boca y viajó más tarde a Guadalajara para pedir disculpas en persona a los dirigentes del club azteca, que las aceptaron, y al jugador, quien se negó a recibirlo.
Por el escándalo, la Confederación Sudamericana de Fútbol decidió la semana pasada la suspensión del estadio y del delantero Martín Palermo por tres partidos, mientras que Benítez fue sancionado con cuatro encuentros de suspensión y una multa de 20 mil dólares. Bautista también fue suspendido por dos partidos, una pena que ya cumplió en la semifinal de la Copa.
Para el fiscal “ha quedado demostrado que el técnico de Boca salivó al jugador de la escuadra visitante Adolfo Bautista (...) con el agravante de revestir el imputado el carácter de participante del espectáculo deportivo”. Benítez se negó a opinar del tema, aduciendo que no había recibido comunicación alguna de la fiscalía, y se limitó a asegurar que él no fue el “único culpable” de los incidentes.
Lapadú elevó la causa a juicio oral, al que también serán sometidos Oscar Laudonio, empleado del club, y el joven Pablo Jofre, quien ingresó en el campo de juego con una camiseta del Villarreal español para agredir a un jugador visitante. Para Laudonio solicitó cinco días de prisión y cuatro meses de “inhabilitación para ejercer empleo que implique presencia en los estadios”, y para Jofre, cinco días de prisión efectiva y prohibición de concurrencia a una cancha de fútbol. El juicio podría sustanciarse a fin de mes o principios de septiembre.
Alberto Gustavo Lousteau, un cuarto imputado, “no ha comparecido a declarar a la fiscalía, por lo que de no presentarse podrá ser librada la orden de comparendo por la fuerza pública”, según informaron fuentes judiciales. El Código Contravencional de la Ciudad establece penas máximas de hasta 30 días de prisión y multas para los condenados, y recordaron que “no hay antecedentes de pedidos de prisión efectiva para un técnico de fútbol por incidentes dentro de un estadio”.