Jue 10.11.2005

DEPORTES

Los libros de ISL pueden ser graves para la FIFA

La quiebra de la empresa de marketing revelaría el accionar de miembros de la FIFA.

› Por Pablo Vignone
Desde Copenhague

El debate sobre la problemática actual del deporte alcanzó su pico más alto en la conferencia Play the Game que se está desarrollando en Dinamarca, cuando un panel especializado puso en tela de juicio la transparencia de la máxima organización del fútbol mundial, la FIFA. “La credibilidad de la FIFA es pobre a causa de la pobreza en la calidad de sus líderes.¿Qué otra cosa se puede esperar de Sepp Blatter, Julio Grondona o Jack Warner?”, se preguntó el periodista británico Andrew Jennings, que dos meses antes de la Copa del Mundo Alemania 2006 publicará un libro sobre la FIFA que promete ser escandaloso. Para la misma época se espera el juicio final por la quiebra en 2001 de ISL, la empresa de marketing asociada a la FIFA durante más de 20 años, y que puede producir revelaciones importantes sobre la multinacional de la pelota. Según Je-
nnings, los documentos que saldrían a la luz durante el juicio permitirían saber si algunos dirigentes de la FIFA fueron corrompidos y qué montos habrían recibido en pagos de comisiones.
El periodista alemán Jens Weinreich reveló en el mismo panel que, en junio de 2004, la FIFA pidió –en secreto– detener la investigación criminal por la quiebra de ISL, pero bajo la ley suiza no hay forma de hacer tal cosa.”¿Por qué la FIFA querría hacer algo así?”, se preguntó con ironía.
Más: según Weinreich, el liquidador de ISL, el suizo Thomas Bauer, advirtió a fines de 2003 a 20 integrantes de la FIFA que si no le devolvían “dinero negro” que constaban habían recibido en pago, iba a enjuiciarlos. Pero en marzo de 2004 cerca de dos millones de dólares fueron acreditados en la cuenta de la liquidación. No hubo demanda. De acuerdo con lo revelado en Suiza en agosto pasado, quien autorizó la transferencia fue Peter Nobel, el que durante muchos años fuera abogado personal del presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
“La FIFA tiene un website pero no publica una sola de sus cifras –explicó Jennings a Página/12–. Ni siquiera quiere informar cuánto gana el presidente Blatter. Markus Siegler, el director de Comunicaciones, me preguntó ‘¿A quién le interesa cuánto gana?’. Uno ruega para que en el semillero de la FIFA haya futuros dirigentes con ambición y con intenciones limpias para hacerse cargo cuando esta situación explote.”
Para Weinreich, “la FIFA está fuera de control, porque no acepta la jurisdicción de la ley nacional o internacional, y ese es un verdadero problema”. Bob Munro, presidente de la Premier League de Kenya, afirmó que la FIFA se opuso a una decisión de la Corte Suprema de ese país que obligaba a reinstalar a las autoridades de la Liga desalojadas por una decisión de la Federación local. “La FIFA impide que las asociaciones recurran a la justicia legal o que los gobiernos intervengan en el fútbol, pero ellos lo hacen, ellos interfieren con los gobiernos –opinó–. No respetar un mandato en un país soberano lo es”, explicó el dirigente.
“Pero la FIFA se mete con los países pobres, no con los poderosos –repuso el periodista argentino Ezequiel Fernández Moores, que leyó un ácido perfil de Julio Humberto Grondona, el presidente de la AFA y número dos de la FIFA, el que fue seguido con una mezcla de atención y asombro por parte de los europeos–, porque en Brasil el Senado investigó al fútbol y en Italia los ascensos y descensos de Primera fueron todos provocados por decisiones políticas y judiciales; sin embargo, no pasó nada”, señaló.
“Esa de la no intervención es una hipocresía –coincidió Munro–. Estoy de acuerdo en que no se puede acudir a la Justicia en cuestiones técnicas del deporte, pero sí debiera ser posible hacerlo cuando la cuestión es criminal, como en estos casos.”

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