DEPORTES
› LA SELECCION VENCIO 3-0 A QATAR EN DOHA
Menos que un entrenamiento
Después de 70 minutos sin goles, Riquelme, Cruz y Ayala señalaron los tres tantos en tres minutos. Messi, la figura del partido.
El rigor del partido duró minuto y medio: el que le tomó a Lionel Messi arrear al medio y la defensa qatarí y dejar a Saviola en posición de gol. El delantero del Sevilla estaba adelantado y el gol no tuvo validez, pero le sirvió al equipo argentino para calibrar al rival y jugar en consecuencia. A media máquina, a veces a un cuarto, sin exigirse, como si fuera un entrenamiento con público (en las plateas no estuvo Diego Maradona pero sí Franz Beckenbauer) y con televisión.
Por eso es hasta absurdo analizar el rendimiento del equipo argentino, que generó no menos de 15 situaciones de gol en el partido, muchas más que las que suele producir en un partido más normal, sin la precisión necesaria para transformar en goles a la mayoría acaso por la relajación con que jugó la mayor parte del encuentro, sin exigir la concentración al ciento por ciento, y liquidándolo como se suponía: tres goles en tres minutos y a otra cosa.
La sucesión: un remate de media distancia de Riquelme, entrando por la derecha, que contó con la complicidad del arquero local Saqr (que sin embargo sacó más de las que mandó adentro); dos minutos después, una combinación colectiva terminó en los pies de Riquelme, que dejó a Cruz solo con el arquero local, para que el delantero del Inter la picara al gol. Al minuto, un bombazo de Maxi Rodríguez fue desviado con esfuerzo por el golero al corner, y del centro llegó un doble cabezazo de Ayala, el primero rechazado en la raya por Lami y el segundo definitivamente en la red.
El tono menor del encuentro acaso no le haya alcanzado a José Pekerman para sostener evaluaciones, como la de Daniel Bilos, debutante en la Selección, que jugó apenas una hora, se comió un gol hecho (cabeceó al palo con el arco disponible tras una gran jugada de Messi) y terminó perdido en la intrascendencia, o la del propio Cruz, que actuó otra media hora, marcando un tanto y mostrando avidez por juntarse con el equipo.
Inclusive, algunas sofocones por los que pasó el equipo del medio hacia atrás parecieron más responsabilidad de la displicencia frente a un rival inferior que de fallas sistemáticas en el funcionamiento del equipo, aunque las dudas de la defensa ante las pelotas aéreas cruzadas (como sucedió ante Inglaterra) se mantienen en el plano de la angustia. Se acomodó cuando entró Coloccini tras el descanso y Ayala pasó al medio.
Lo mejor del equipo nacional, una vez más, fue Lionel Messi, que –si este partido sirvió para sacar alguna conclusión– justifica cada vez más su inclusión como titular. Con enorme fortaleza física y una gambeta en velocidad que es asombrosa, se destacó desde el arranque, aunque su rendimiento decayera en el complemento.
Arrancando más de atrás que lo que su lugar en la delantera sugiere, terminó siendo el eje del conjunto ante la tibieza (probablemente por cansancio) con la que Riquelme asumió el partido. No fue aquel conductor del partido contra inglaterra y entonces el pibe del Barcelona gozó de otra marquesina para deslumbrar.
0-QATAR
Saqr; Koni, Al Ghanim, Riski; Al Shammari, Omar, Saleh, Fartoos, Abdulrahman; Yaseer, Alí Basher.
DT: Dzemaludin Musovic.
3-ARGENTINA
Abbondanzieri; Ayala, Samuel, Sorín; M.Rodríguez, Demichelis, Battaglia, Bilos, Riquelme; Messi, Saviola.
DT: José Pekerman.
Estadio: Al Saad (Doha). Arbitro: Saad Kamel (Kuwait). Goles: 70m, Riquelme (A); 72m, Cruz (A); 73m, Ayala (A). Cambios: 46m, Coloccini por Demichelis (A); 60m, L.González por Bilos (A); 62m, Cruz por Saviola (A); 75m, Alí Nasser por Omar (Q); 81m, Abdullah por Alí Basher (Q); 82m, Milito por Samuel (A) y Tevez por Messi (A); 85m, Alí por Yaseer (Q).