Desde que Pelé sacó la ya famosa bolilla de Holanda y Heidi Klum colaboró con la de Serbia y Montenegro, el pueblo futbolero argentino no para de hablar del “Grupo de la Muerte” y el fantasma de la eliminación de Japón y Corea volvió a instalarse en la mente de casi todos. Es que las similitudes con aquel sorteo son bastantes: una potencia europea (Inglaterra en el 2002, Holanda ahora), otro europeo de segundo orden (antes Suecia, ahora Serbia y Montenegro) y un representante de la Africa negra (Nigeria y Costa de Marfil, ambos en el debut mundialista). ¿Pero qué tan difícil es la zona para el conjunto de José Pekerman?
Está claro que cayeron casi los peores rivales que podían tocar de acuerdo a las restricciones y condicionamientos que planteaba el sorteo realizado en Leipzig. Holanda aparecía como uno de los cucos de los europeos que no eran cabezas de serie. Guiados por Marco Van Basten desde el banco de suplentes, el conjunto naranja inició una renovación del plantel que dejó de lado a jugadores históricos como Patrick Kluivert, Dennis Bergkamp y la mayoría de la camada que eliminó al equipo de Daniel Passarella en Francia ’98. Sólo quedan el arquero del Manchester United, Edwin, Van der Sar, y el volante ex Barcelona Phillip Cocu. Ahora los referentes son Ruud van Nistelrooy, histórico goleador del Manchester, Rafa Van der Vaart, volante del Hamburgo alemán, y Arjen Robben, extremo del Chelsea.
Con mucha gente joven (se destacan los punteros Ryan Babel y Dirk Kuijt) y su tradicional estilo de ataque con tres delanteros, Holanda borró la frustración de no haber llegado al anterior Mundial y accedió a Alemania 2006 tras adjudicarse con comodidad e invicto el grupo eliminatorio en el que postergó a República Checa y a Rumania. Diez triunfos y dos empates fue su intachable campaña en la previa. En su último amistoso cayó 3-1 ante Italia, en un partido en el que se le cortó a Van Basten la racha de 17 partidos invictos. Entre los antecedentes, hay varios partidos históricos entre holandeses y argentinos: desde las dos goleadas de la Naranja Mecánica en 1974 (4-1 en un amistoso, 4-0 en el Mundial) se ha transformado en un miniclásico potenciado por el triunfo 3-1 en la final del ’78 y la caída 2-1 en los cuartos de Francia ’98. El último amistoso fue para Holanda 1-0, con un gol de Gio van Bronkhorst en 2003, cuando Marcelo Bielsa era todavía el entrenador argentino. En el historial, Argentina apenas le pudo ganar una vez a Holanda, en siete enfrentamientos. El partido ante los holandeses cierra el grupo C el 21 de junio, en Munich.
El otro europeo de la zona es Serbia y Montenegro, que hará su presentación con esa denominación, pero que tiene una larga experiencia como Yugoslavia. Llegó al Mundial al adjudicarse el grupo que compartía con España, Bélgica y Bosnia Herzegovina, enviando al conjunto de Luis Aragonés. Lejos del estilo vistoso de aquel equipo que Argentina eliminó por penales en cuartos de final en Italia ’90, donde se destacaban Dejan Stankovic y Dejan Savicevic, ahora Serbia se caracteriza por su férreo esquema defensivo. En los diez partidos de eliminatorias, de los que ganó seis y empató cuatro, apenas le convirtieron un gol: se lo hizo España en la novena jornada, en un partido que finalizó 1-1 y que resultó clave para la definición.
Dentro de ese contexto, en un plantel que se encuentra desperdigado por las diferentes ligas de Europa, los delanteros Mateja Kezman, del Atlético de Madrid de Carlos Bianchi, y Savo Milosevic, del líder Osasuna, son las piezas más importantes del conjunto de Ilika Petkovic. Más allá de contar con esos dos delanteros, muchas veces el entrenador apuesta por un sólo atacante. Dejan Stankovic, compañero de todos los argentinos que actúan en el Inter, es otra de las claves del equipo. Como Serbia y Montenegro, el único antecedente es el 6-0 en los Juegos Olímpicos de Atenas, mientras que como Yugoslavia, el último enfrentamiento fue un amistoso previo al Mundial ’98, donde el conjunto de Passarella se impuso 3-1 en Mar del Plata, con tres tantos de Hernán Crespo. La presentación de la Selección ante los serbiomontenegrinos será la segunda, el viernes 16 de junio en Gelsenkirchen.
Para el debut del sábado 10 de junio en Hamburgo, Argentina se cruzará ante Costa de Marfil, debutante absoluto en una Copa del Mundo. El conjunto africano llegó a esta instancia tras ganar su grupo clasificatorio sobre Camerún, pese a perder los dos partidos entre ambos. Sin embargo, siete triunfos y un empate le alcanzaron para superar a los Leones, que fallaron un penal sobre el final en el empate ante Egipto que les hubiese dado la clasificación. Esa igualdad y la victoria de “Los Elefantes” 3-1 sobre Sudán posibilitaron el boleto para Alemania.
La estrella del equipo es Didier Drogba, compañero de Hernán Crespo en el Chelsea, quien pagó 45 millones de dólares por su pase. Drogba metió siete goles y fue clave en la clasificación. Además de su máxima figura, ex Olympique de Marsella, casi todo el plantel que dirige el francés Henri Michel se desempeña en la liga francesa. Otros dos jugadores importantes son Kolo Touré, defensor del Arsenal, y Marc Zoro, lateral de Messina. Zoro tomó notoriedad hace tres semanas, cuando a partir de los cantos racistas que le dedicaban los hinchas del Inter, decidió irse de la cancha, algo que no concretó porque sus rivales, sobre todo el brasileño Adriano, lo convencieron.
El único antecedente con Argentina es un 4-0 en la Copa Rey Fahd en 1993, con dos goles de Gabriel Batistuta, uno de Ricardo Altamirano y otro de Alberto Acosta, cuando al equipo argentino lo conducía Alfio Basile. Los “Elefantes” jugaron ese torneo por haber logrado la Copa Africana de 1992, su único éxito internacional hasta esta histórica clasificación.
Los rivales son difíciles y el antecedente de Japón y Corea pesa y mucho. Sin embargo, la frase de Hugo Tocalli o bien se conocieron los adversarios resulta cierta y dejan un amplio margen para el optimismo: “Ellos ahora están pensando en que tienen que jugar con Argentina”.