Hasta la segunda ronda, Juan Ignacio Chela era tratado por la prensa australiana como el villano que había escupido un año antes a la estrella local, Lleyton Hewitt, durante un encuentro del Abierto de Melbourne. Lo llegaron a llamar el “enemigo público número uno”. Apenas unos días después, y tras eliminar a Hewitt, el flaco de Ciudad Evita se convirtió en la revelación de esta edición del certamen al acceder por primera vez a los octavos de final y luego de superar con gran solvencia al belga Kristof Vliegen. Ahora se medirá con el alemán Nicolas Kiefer por un lugar en los cuartos de final, y es uno de los dos argentinos que queda en carrera, junto a David Nalbandian, que en la madrugada se medía con el español Tommy Robredo.

Tras una temporada en la que no anduvo bien, aunque insinuó buenas actuaciones en canchas rápidas, Chela encontró su mejor juego justo en un gran torneo, uno de los déficit de su carrera. Por eso, tras vencer 6-1, 6-4, 6-4 a Vliegen, el tenista argentino expresó su alegría por el momento que atraviesa. “Siento una satisfacción enorme porque se me están dando los resultados en un torneo importante, después de mucho tiempo en el que no jugué buen tenis”, comentó Chela, número 51º en el ranking mundial. Para llegar a esta instancia, el bonaerense apenas perdió un set –en tie break ante Hewitt– y dejó en el camino, además del australiano, al inglés Andy Murray y a Vliegen.

Sobre la forma en que se sacó del encima al belga, Chela hizo un análisis muy concreto, teniendo en cuenta que aprovechó los errores de su rival para sacar ventaja y luego tuvo serenidad para sostenerla. “Al principio del juego, él falló mucho y, la verdad es que yo no hice nada. Después levantó y el partido se puso más duro, pero estuve mejor y pude controlarlo”, indicó el argentino. “Después de todo lo que había sentido después de vencer a Hewitt era complicado entrar de nuevo a la cancha, pero estuve tranquilo y supe aprovechar cada oportunidad”, comentó Chela, que espera no volver a jugar con el terrible calor del otro día.

Su próximo rival será el alemán Nicolas Kiefer, 25º en el ranking mundial, que viene de derrotar 6-3, 6-2, 5-7, 6-2 al español Juan Carlos Ferrero. A partir de la instancia que está jugando en un Grand Slam y del presente que muestra Chela, Kiefer no es un rival inaccesible. En el único enfrentamiento entre ambos, el triunfo le correspondió al europeo, que se impuso 6-1, 3-0 y abandonó en Long Island –cemento– en 2003.

Mientras tanto, Guillermo Coria, eliminado tras perder en cuatro sets con el francés Sebastien Grosjean, se lamentó por la oportunidad dilapidada, especialmente por los problemas que mostró con su saque. “Si hubiese sacado bien el resultado podría haber sido otro. No sé si ganaba, pero noté que cuando metía los saques el partido era más parejo”, explicó el santafesino, que cometió 23 doble faltas y sólo ganó 12 puntos con su segundo servicio.