Mié 25.01.2006

DEPORTES

David hizo algo más que la Gran Willy

Está en semifinales de Australia, batió un record que ni Vilas logró y cree que es el favorito para ganar el Grand Slam.

Fabrice Santoro no existió y David Nalbandian está a un paso de la final del Abierto de Australia. El argentino arrolló al francés de los trucos de magia y se clasificó por primera vez en su carrera para las semifinales del primer Grand Slam del año. Nalbandian se deshizo de Santoro en apenas una hora y 41 minutos, 7-5, 6-0, 6-0, y se enfrentará esta madrugada (desde las 5.30, televisa Espn), por un lugar en la final del domingo, al chipriota Marcos Baghdatis, que se deshizo en un duro partido del croata Ivan Ljubicic, 6-4, 6-2, 4-6, 3-6, 6-3. Baghdatis, que eliminó en octavos al estadounidense Andy Roddick, segundo favorito, alcanza por primera vez las semifinales de un torneo de Grand Slam.

El argentino valoró especialmente la corta duración del choque. “Estoy feliz, porque estuve poco tiempo y porque jugué muy bien. A veces se tiene suerte y se puede ganar así, es muy bueno, cuando menos puntos se juegue, mejor.”

Con su triunfo, el número cuatro del mundo marcó un hito en la historia del tenis argentino que ni siquiera el gran Guillermo Vilas consiguió: alcanzar al menos las semifinales en los cuatro Grand Slams. Vilas ganó Australia, Roland Garros y US Open, pero no pasó de cuartos en Wimbledon. De hecho, sólo hay otros dos tenistas en activo que lo consiguieron, el estadounidense Andre Agassi, que ganó todos, y el suizo Roger Federer, al que le falta Roland Garros.

Nalbandian aún no ganó ninguno, pero si sigue jugando así, su casillero pronto se abrirá y en Australia dispone de una gran oportunidad. El cordobés tiene mucha confianza: “Yo apostaría por mí para ganar el torneo”.

A los 33 años y en su Grand Slam número 55, Santoro llegó por primera vez a cuartos de final y se presentaba como una amenaza por su juego arcaico de saque y volea y la creatividad que impregna en cada uno de sus golpes. Gastón Gaudio (10) y David Ferrer (14) fueron dos de las cuatro muescas que añadió a su revólver en Australia. Pero Nalbandian, con la fuerza de un ciclón y la precisión de un cirujano, hizo que el armazón artístico del francés se derrumbase como un castillo de naipes.

La resistencia de Santoro duró un set, el primero, mientras el viento sopló en el Rod Laver Arena. Quebró para 4-3, pero Nalbandian restableció la igualdad al juego siguiente. Con 4-4, Santoro dispuso de dos ocasiones para volver a quebrar el saque, pero Nalbandian salvó la situación con serenidad. “Ahí cambió todo –dijo el argentino–. Al principio había viento y me fue difícil encontrar mi juego. Pero desde ese momento empecé a jugar muy bien.”

Santoro lo puede corroborar, porque de ahí hasta el final sólo ganó un juego. Al adjudicarse el primer set con su segundo quiebre del día, el argentino soltó completamente el brazo y aplastó a su rival, tras ganar 14 games consecutivos. “Jugué 8,5 puntos”, afirmó el cordobés, que según iba avanzando subía su propia calificación. Eso sí, en los dos últimos sets reconoció que jugó “casi diez puntos”.

Las estadísticas hablan por sí solas. El primer set duró 51 minutos, los dos siguientes 50 minutos entre los dos. Santoro ganó 34 puntos en el primer set y sólo 16 en los dos siguientes. Nalbandian conectó 47 golpes ganadores, por 18 de su rival, y cometió casi los mismos errores no forzados: 17, por 15 de Santoro.

No había un argentino en las semifinales del Abierto de Australia desde 1980, cuando Guillermo Vilas señalara la última marca: el marplatense fue cuatro veces semifinalista del certamen que, además, ganara en 1978 y 1979.

Además, Nalbandian rompió la maldición que lo perseguía en Australia, donde perdió en los tres últimos años en cuartos de final. En 2003 y 2005 cayó contra el luego finalista, Rainer Schuettler y Lleyton Hewitt, y en 2004 contra el campeón, Roger Federer.

Nalbandian y Baghdatis se enfrentaron dos veces en el circuito, ambas el año pasado, con un triunfo para cada uno: el argentino lo venció en la primera ronda de Roland Garros y el europeo se impuso en las semifinales de Basilea. “Pienso más en mi juego que en el rival”, señaló. La de esta madrugada será la cuarta semifinal para el tenista que cumplió 24 años el 1º de enero. En Wimbledon 2002 batió al belga Xavier Malisse y luego perdió la final con Hewitt. En el US Open cayó ante Andy Roddick y en Roland Garros ante Gaudio. Pero las estadísticas no impresionan a un tenista que sólo piensa en ganar. “Estoy contento, pero ahora quiero empezar a hacer finales y ganarlas.”

Anoche se completaba la restante semifinal: Roger Federer se enfrentaba con el ruso Nikolay Davydenko, mientras que el alemán Nicolas Kiefer, verdugo de Juan Chela, se medía con el francés Sebastien Grosjean. En el cuadro femenino se jugaban Patty Schnyder y Amélie Mauresmo, por un lado, y Martina Hingis contra Kim Clijsters, en el otro partido, para definir una semifinalista. La otra semifinal la animarán la belga Justine Henin Hardenne (que batió 2-6, 6-2, 6-3 a la número uno del mundo, la estadounidense Lindsay Davenport) y la rusa María Sharapova (que superó 76, 6-4 a su compatriota Nadia Petrova).

En el dobles femenino, Paola Suárez y Virginia Ruano Pascual perdieron ante las chinas Ze Yang y Jie Zheng 4-6, 7-5, 6-1, mientras que Gisela Dulko y la rusa María Kirilenko quedaron eliminadas al caer 6-3, 6-2 ante la pareja favorita, integrada por la estadounidense Lisa Raymond y la australiana Samantha Stosur.

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