“Es un orgullo tener en esta ciudad el trofeo más deseado del mundo, aunque lo mejor –es un sueño– sería ganarlo para poder mostrarlo a lo largo y a lo ancho del país.” Veinte años después de la obtención del Mundial de México ’86, la Copa del Mundo de la FIFA volvió a la Argentina, despertando la ilusión del presidente de la AFA, Julio Grondona. En el marco del primer tour global del trofeo, al que los fanáticos podrán acercarse y contemplar al menos por un día, a partir de hoy, varios campeones del mundo en México ’86 relataron sus experiencias con la Copa y, en el caso de Julio Olarticoechea y Sergio Batista, hasta se dieron el gusto de tocarla por primera vez.

Con tres mundiales disputados entre 1982 y 1990, Olarticoechea confesó que jamás había levantado el trofeo: “Nunca lo toqué, los muchachos se lo llevaron y, como soy tímido, hoy quisiera tocarlo y sacarme un foto”. Ni lerdo ni perezoso, Sergio Batista se sumó al pedido: “Yo tampoco la tuve cerca”. A ellos se sumaron Néstor Clausen, Héctor Enrique y hasta Sergio Goycochea, que conducía la presentación. “Hasta que no llegamos a Buenos Aires, no tomamos verdadera conciencia de lo que habíamos conseguido. Ahí nos dimos cuenta de lo que estaba viviendo el país por nosotros”, recordó Carlos Tapia, mirando el trofeo que unos minutos antes un hombre con guantes blancos, acompañado por una celosa guardia, había dejado sobre la tarima expositora del Hermitage Hotel.

“Lo del grupo fue muy importante. Más allá de jugar bien y entender el juego, fue muy importante el ánimo del plantel”, apuntó por su parte Batista. “Teníamos un buen grupo y a Diego (Maradona) iluminado”, completó Carlos Tapia.

Los ex futbolistas presentes no pudieron evitar hablar sobre el Mundial que se viene. “La Selección va a andar muy bien, siempre que respetemos la nuestra. Hay un buen equipo y buenos jugadores”, dijo Enrique. Giusti se le sumó y apuntó: “Argentina tiene un excelente equipo, está dirigida por una excelente persona. Está Brasil, por supuesto, pero Argentina va a estar entre los cuatro mejores”. Tapia destacó que el equipo de José Pekerman llegará al Mundial “con jugadores de mucha experiencia”.

Esta es la primera vez que el auténtico trofeo de oro macizo de 18 quilates, que tiene una altura de sólo 36 centímetros y un peso de 4970 gramos, hace una gira en la que, durante tres meses, visitará 31 ciudades en 28 países, concluyendo su viaje iniciado el 7 de enero en Accra, Ghana, en Roma, Italia, el 10 de abril próximo. Una vez finalizada la gira, el trofeo viajará por distintas ciudades de Alemania, donde esperará ser alzado, el 9 de julio próximo, por el capitán del nuevo campeón.

El trofeo, recientemente restaurado por su diseñador, el italiano Silvio Gazzaniga, a quien la FIFA le encargó su creación para el Mundial de Alemania ’74, será expuesto desde hoy en el Hotel Provincial de esta ciudad, con entrada libre.

Tras su estadía en Mar del Plata, el trofeo (que no puede retenerse, ya que la reglamentación de la FIFA estipula que seguirá siendo de su propiedad, de manera que los ganadores lo guardan por un tiempo, luego lo devuelven a la FIFA y reciben una réplica enchapada en oro) continuará la gira –patrocinada por Coca-Cola– por Sudamérica, visitando Quito, Bogotá y Asunción, para luego subir por América Central y del Norte antes de cruzar el Pacífico rumbo a Japón.