Cuando comenzó la temporada, Luciano Figueroa parecía tener un lugar casi asegurado en la lista de José Pekerman para el Mundial. Era el goleador del ciclo, había cumplido una buena labor en la Copa de las Confederaciones y asomaba como el reemplazante natural para Hernán Crespo. Sin embargo, el inicio de la temporada mundialista lo encontró en un momento futbolístico muy bajo en el Villarreal, donde perdió minutos en cancha y ya no contó con tantas oportunidades. Por ello, sus convocatorias para la Selección fueron cada vez más esporádicas y quedó bastante atrás en la carrera por un lugar entre los 23.

Hasta que llegó su pase a River y en dos semanas cambió su presente. Tres goles en dos partidos como titular le devolvieron la confianza y lo volvieron a colocar como un seleccionable. Y claro, el ex delantero de Central mantiene las esperanzas. “No pierdo la ilusión de ir al Mundial”, comentó Figueroa. “Quiero seguir peleando para tener una chance. Hace un par de semanas había dicho que me sentía lejos de la Selección porque no jugaba y el técnico siempre busca a los que tienen continuidad. Pero ahora que estoy jugando y haciendo goles...”, se entusiasmó el goleador.

Lo cierto es que Figueroa sabe que en su puesto tiene delante a jugadores como Crespo, Diego Milito y Julio Cruz, que hoy están mejor considerados por el entrenador. Por eso necesita goles y buenas actuaciones para avanzar en la disputa. “Yo voy a trabajar para seguir mejorando. Hay que esperar porque para que Pekerman dé la lista todavía faltan más de dos meses. Cuando no estás te da un poco de bronca, pero si no me toca ir, apoyaré como un hincha más”, remarcó el ex jugador de Birmingham y Cruz Azul.

Pero más allá de su ilusión albiceleste, el rosarino es consciente que cualquier posibilidad está relacionada con un buen presente en River. “Vine con la ilusión de hacer una gran campaña en uno de los mejores clubes del mundo”, indicó el delantero, que tiene muy claro lo que se espera de él: “Mi misión es la de convertir porque para eso me trajeron. Quiero comenzar a pagar con goles la confianza que los dirigentes depositaron en mí cuando me contrataron”.

Con 17 tantos en el Clausura 2003, Figueroa se convirtió en goleador de aquel certamen, logro que consiguió por única vez en su carrera. Igual, no se desespera por repetir. “Eso no es una obsesión para mí, porque sé que primero tengo que obtener mi mejor forma y, luego sí, apuntar a convertir muchos tantos. Pero lo importante no son mis goles, sino que River pueda pelear los dos torneos lo más arriba posible”, sostuvo el delantero, que tiene claras las exigencias que tiene en este nuevo desafío. “Cuando me dijeron de venir sabía que en este club hay que ganar todo lo que se juegue”, remarcó.

Sobre la actualidad del equipo, la irregularidad es una cuestión que River debe superar, de acuerdo con su visión. “Todavía nos falta mejorar mucho, pero lo veo bien. Contra Colón sacamos adelante un partido complicado y lo podríamos haber ganado”, indicó el atacante, que se lamentó por los dos puntos que dejó River. “El partido estaba para los dos, porque hubo muchas llegadas de los dos lados pero tanto Lux como Tombolini tuvieron una noche estupenda. Me quedé mal porque el arquero me tapó una pelota de gol cuando íbamos 2-2. Me fui triste del estadio porque hubiese significado el triunfo de River”, señaló el goleador, que antes había marcado los dos tantos de su equipo.