El presidente de la Federación Internacional de Vóleibol, el mexicano Rubén Acosta, fue absuelto por la Justicia suiza en el proceso que le había iniciado el ex presidente de la Federación Argentina (FAV), Mario Goijman. El juez Michel Carrard determinó que existió una falsificación en las cuentas de la FIVB pero sin intención, por lo que no constituyó delito, aunque le permitiera a Acosta quedarse con seis millones de dólares de comisiones. Carrard no aceptó que los cargos más graves que Goijman imputaba a Acosta –apropiación indebida de cerca de 20 millones de dólares y administración fraudulenta– formaran parte del proceso, pero condenó al dirigente mexicano a pagar las costas.

“Estoy asombrado de esta protección corporativa de la Justicia en Suiza a las organizaciones de carácter mafioso del deporte mundial radicadas allí –le dijo Goijman a Página/12–. Me habilitaron la vía civil, pero pienso apelar poniendo el acento en que me privaron de mis testigos.” El juez no citó a declarar a los testigos que propuso el dirigente argentino, entre ellos el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge. Acosta quiso presentar el proceso como un “acto de venganza” de Goijman, impulsor del caso que se conoce como el “Volleygate”.

“No es una casualidad que estas grandes organizaciones centrales del deporte tengan su sede en Suiza –opinó el dirigente–. Tienen protección para actuar de la manera que quieren y actúan haciendo callar al que piensa diferente.” La denuncia de Goijman le valió en su momento ser expulsado de la FIVB, la desaparición de la FAV y la inhabilitación para competir internacionalmente de los seleccionados argentinos, lo que privó, por ejemplo, a la Selección masculina de vóleibol jugar los Panamericanos del 2003 y la Liga Mundial de 2003 y 2004.

Pese a que el fallo lo decepcionó, Goijman señala que “todo el mundo del deporte sabe ahora lo que Acosta ha hecho. Políticamente lo afecta, porque quedó al descubierto la cadena de mentiras. Lo que ocurre es que dentro de la FIVB hay un miedo muy grande de hablar”.