Uno de los pilotos de su equipo lidera el Grupo N, en Córdoba. El campeón Loeb ya está en la punta. Hoy, la segunda etapa.
› Por Pablo Vignone
Desde Córdoba
–¿Qué preferís? ¿Ganar la Copa Davis o que tu equipo logre una victoria en el Mundial de Rally?
–En ese orden...
Ni Guillermo Coria ni Agustín Calleri siguen en el Conde de Godó en Barcelona, pero David Nalbandian ni siquiera participó. El cordobés, verdadero ídolo en su tierra, eligió seguir de cerca el Rally de la Argentina, en el que el Tango Rally Team, un equipo del cual es propietario, es protagonista por varias razones de la prueba que organiza el Automóvil Club Argentino. No fueron los únicos que tuvieron golpes de escena al cabo de la primera etapa en el Valle de Punilla, de la que emergieron líderes el campeón mundial, Sebastian Loeb (Citroën), y el cordobés Sebastián Beltrán, uno de los pilotos de Nalbandian, en el Grupo N.
–Me bajé de Barcelona un poco por un dolor de espalda que me agarra cuando cambio de superficie y otro tanto por el rally –acepta Nalbandian, en diálogo con Página/12–. Fui a verlos pasar a Capilla del Monte. Pero vivo esto con muchos nervios. Una cosa es ver un rally y otra tener un equipo corriendo.
Nalbandian se lo tomó en serio: el Tango Rally Team tiene todo el apoyo del gobierno de Córdoba, que hasta el año pasado sostenía al Córdoba Rally Team y recibía todas las críticas; este año, el número tres del mundo del tenis es el mascarón de proa del emprendimiento y recibe todos los elogios y las ovaciones, como ocurrió el jueves por la noche en el Estadio Córdoba, mientras silbaban al gobernador De la Sota. “¿Sabés qué? Si trajéramos la Copa Davis a Córdoba, no llenaríamos el estadio como hizo el rally”, opina.
Con asistencia técnica del equipo italiano Top Run de los hermanos Agnello, el Tango Rally Team corre en el Mundial de Rally de Grupo N, pero también en los campeonatos argentino, sudamericano y cordobés, aunque todavía sin resultados relevantes. El prestigio de Nalbandian ha hecho por el equipo más que su billetera. Sus coches fueron los más ovacionados por los fanáticos en los especiales del Estadio Córdoba, el jueves por la noche. Pero con poca nafta llegando a los motores, ratearon en exceso.
Ayer, la revancha de la ruta fue relativa: Gabriel Pozzo, uno de los tres pilotos del equipo, lideraba la carrera cuando al cruzar un vado se fisuró el radiador. Paró en el vado de Cabalango para agregarle agua, pero tuvo que empujar su Mitsubishi en subida para entrarlo al parque de asistencia. El motor se agarró. “Tengo mucha mala suerte en la Argentina”, se lamentó. Al español Xavi Pons le fue peor: en el mismo vado se prendió fuego su Citroën...
Un rato antes, Marcos Ligato había dado las hurras a causa de un temprano problema en la suspensión (“le pegué a una piedra”), que derivó en la rotura: se reenganchará hoy, pero con media hora de penalización. “Yo tenía un Mitsubishi Evo VI –cuenta Nalbandian– y Marcos un Evo VII. Hacíamos planes para correr juntos un zonal y terminamos armando esto. ¿Si pienso en un equipo de World Rally Cars? Sería un sueño fantástico si apareciera la plata, pero estamos en la Argentina.”
La alegría se la dio Beltrán, el tercer piloto del equipo, que se ubica 11º en la carrera y primero en el Grupo N, delante del cordobés Federico Villagra (penalizado con un minuto cuando había ganado en el camino), y el riojano Omar Yoma. “Me quedó un sabor agridulce porque estábamos cerca de hacer el 1-2-3, pero en éste, como en cualquier deporte, hace falta una cuota de suerte”, reflexiona el tenista de Unquillo. “Pero al menos Batata (Beltrán) viene peleando.”
–Rally aparte, ¿qué pronóstico tenés para la Davis?
–Estamos muy ilusionados con ganarla. Si tenemos que definir con Rusia, en Moscú va a ser una serie muy brava. Pero no nos apuremos, primero hay que ganar la semifinal.
El mejor argentino en el Rally es Luis Pérez Companc (Ford Focus), noveno tras una jornada terrible en la que abandonó íntegro el equipo oficial Ford. “Una etapa agotadora, con muchas piedras en el camino”, sintetizó Loeb, que le lleva 19s8 a Petter Solberg (Subaru) y 59s4 a Gigi Galli (Peugeot 307). Hoy se corre la segunda etapa, con ocho especiales sobre 150,41 kilómetros cronometrados.
El domingo a la noche, cuando ya se sepa el nombre del ganador, Nalbandian estará volando rumbo a Estoril, Portugal, donde el lunes arranca otro torneo ATP. “Me está saturando subirme al avión, cada vez es más difícil. Algún rally voy a correr cuando me retire. Pero eso lo haré cuando no tenga más ganas de jugar tenis.” Para eso falta.
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