Marco van Basten, el seleccionador holandés de fútbol, llegó al Mundial bien informado sobre la psicología de sus jugadores. Ante la evidencia de que Holanda suele perder partidos decisivos cuando llega la tanda de los penales, ha consultado a la Universidad de Groningen si se trata de algo más que mala suerte. Sí podría hablarse, incluso, de una especie de síndrome que ha situado a Holanda por detrás de rivales como Alemania, Argentina, Brasil, España, México o Inglaterra. Entre 1992 y 2004, todos ellos ganaron por penales encuentros de torneos internacionales. En ese período, Holanda fue despedida de cuatro torneos en la maldita tanda. A saber: en las Eurocopas del ’92, ’96 y 2000 y en el Mundial del ’98.

La respuesta a las dudas de Van Basten forma parte de un estudio estadístico sobre la eficacia del lanzamiento holandés de penales en momentos de gran tensión deportiva. Elaborado por el experto noruego en psicología Geir Jordet y su colega holandés Chris Visscher, sus conclusiones no se harán públicas hasta después del certamen alemán. Van Basten también permanece en silencio sobre el particular, aunque algunos datos del trabajo ya develados merecerían figurar en los anales futbolísticos. Desde 1972, por ejemplo, ningún otro conjunto ha lanzado tan mal los penales como la selección holandesa. Alemania, por el contrario, no parece tener problemas con la máxima falta. Ha marcado 20 de 22 penales lanzados, según uno de los cálculos de la Universidad de Groningen. “Una cosa está clara para nosotros: estos lanzamientos no son una lotería. A la vista del caso alemán –o de Uruguay, que marcó el 89 por ciento de las veces entre 1992 y 2004; y Brasil y Argentina, con un 84 por ciento y un 80 por ciento de éxito, respectivamente–, se trata más bien de una combinación de destreza y resistencia mental”, han declarado los investigadores al rotativo De Volkskrant. Teniendo en cuenta que desde 1976 al menos el 24 por ciento de los grandes partidos estudiados se ha resuelto en la tanda de penales, dicha aseveración resulta significativa.

Otra cosa es la habilidad misma del jugador que los lanza. El equipo de Groningen ha comparado el trabajo de los delanteros, defensores y centrocampistas, y llegado a una conclusión en apariencia lógica: los primeros aciertan más a menudo. Luego está la frecuencia del gol, y saber si el primer disparo es el más seguro porque estrena la tanda. Lo es, por la esperanza que supone. Y el último también, porque es un remate casi siempre “a muerte”.

Van Basten puede respirar tranquilo, ya que en el entrenamiento realizado ayer en Leipzig pudo disponer de todo el plantel, entre ellos los dudosos Philip Cocu, Wesley Sneijder y Mark van Bommel. El arquero Edwin van der Sar jugará su partido internacional número 110 y se quedará a dos de igualar el record holandés de partidos internacionales, en poder de Frank de Boer.