El partido de mañana en Leipzig será el segundo Argentina-México en la historia de las copas del mundo y el vigésimo de una estadística que hasta aquí reconoce seis victorias argentinas, cuatro mexicanas y nueve empates. El antecedente en los mundiales es muy lejano: se remonta a Uruguay 1930, cuando se enfrentaron en el Centenario de Montevideo, y los argentinos ganaron 6-3, con tres goles de Stábile, dos de Zumelzú y el restante de Varallo. Manuel Rosas en dos ocasiones y Gayón anotaron para el equipo norteamericano.

Ese sábado 19 de julio de 1930, Argentina formó con Bosio, Della Torre y Paternóster; Chividini, Zumelzú y Orlandini; Peucelle, Varallo, Stábile, Demaría y Spadaro. Por dos razones, ese partido ocupa un lugar destacado en la historia de las copas del mundo: fue el primero y el único en el que un árbitro, el boliviano Ulises Saucedo, cobró cinco penales y el arquero argentino Angel Bosio, al detener el remate ejecutado por Manuel Rosas, se convirtió en el primer arquero que contuvo un penal en un Mundial. Argentina también desperdició un tiro desde los once metros, que el mexicano Bonfiglio le atajó a Fernando Paternóster.

Pasaron 26 años hasta que Argentina y México volvieran a jugar a nivel de seleccionados nacionales. Fue el 13 de marzo de 1956, en el estadio Universitario del Distrito Federal y en el marco del primer Campeonato Panamericano Profesional, al que nuestro país le prestó preferente atención. Empataron 0-0 en un partido de trámite violento, con cinco expulsados (los argentinos Mouriño, Vairo y Cucchiaroni y los mexicanos Salazar y López). Casi cuatro años más tarde, se enfrentaron por el mismo torneo, pero en San José de Costa Rica, y allí Argentina obtuvo un triunfo ajustado por 3-2, con dos goles de Raúl Belén y otro de Osvaldo Nardiello. Hernández y Mercado anotaron para los mexicanos.

El primer triunfo de México, 2-1, sucedió el 22 de agosto de 1967, un amistoso que tuvo lugar en el Estadio Azteca del Distrito Federal. Enzo Gennoni fue el autor del único gol albiceleste, en tanto que Fragoso hizo los dos de los mexicanos. El 8 de febrero de 1973, Argentina volvió a perder en la altura de la capital mexicana: 0-2 fue el resultado, con un buen equipo dirigido por Enrique Omar Sívori. Durante el ciclo de César Luis Menotti como técnico no se registraron enfrentamientos, pero en la etapa de Carlos Bilardo la actividad se intensificó notablemente: el 15 de septiembre de 1984 igualaron 1-1 en Monterrey (gol de Burruchaga) y cinco semanas más tarde, el 25 de octubre, reiteraron el empate en el estadio de Vélez (gol de Gareca), en el primer partido jugado en la Argentina. El 14 de noviembre de 1985 volvieron a igualar 1-1 (gol de Maradona) en Los Angeles. Y el 17 de enero de 1990 se enfrentaron nuevamente en Los Angeles, con victoria mexicana 2-0.

El 13 de marzo de 1991 jugaron en cancha de Vélez y empataron 0-0, en el segundo partido del ciclo de Alfio Basile como técnico. Dos años más tarde, chocaron dos veces en la Copa América de Ecuador. En la etapa clasificatoria sumaron una nueva igualdad 1-1 (gol de Ruggeri) y, en la final, el triunfo fue para la Argentina 2-1, con dos goles de Batistuta.

Marcelo Bielsa eligió reiteradamente a México como adversario de sus equipos. El segundo partido de su ciclo se jugó en Los Angeles el 10 de febrero de 1999 y Argentina ganó 1-0, con gol de Juan Pablo Sorin. El 9 de junio de ese año, en Chicago, empataron 2-2, con tantos de Julio Cruz y Gustavo López; el 20 de diciembre de 2000 en Los Angeles, Argentina venció 2-0 con goles de Solari y Galletti; el 2 de febrero de 2003 se volvió a vencer 1-0, con gol de Gonzalo Rodríguez, y el 10 de julio de 2004, por la Copa América de Ecuador, México triunfó 1-0.

Los recuerdos más frescos datan de la actual era Pekerman, en la que se registraron dos cotejos. El 9 de marzo de 2005, en Los Angeles, igualaron1-1 (gol de Rolando Zárate) y el 26 de junio de 2005, en la semifinal de la Copa de las Confederaciones, en Hannover, volvieron a empatar 1-1 (gol de Figueroa), pero Argentina ganó 6-5 en los tiros desde el punto del penal. El historial, sobre todo en los últimos tiempos, es frondoso. Pero ningún partido valió lo que valdrá el del sábado.