“Argentinien, ¿dónde está la exposición de Argentinien?”, preguntamos. Es en el segundo subsuelo, pero, quién sabe por qué, terminamos en el tercer piso. La tienda Karstadt –de las más caras en Nuremberg– es como un shopping de los nuestros, donde se vende de todo, desde filetes de pescado ahumado hasta camperas de cuero. Allí, durante un puñado de días, hizo base la Fundación Exportar. Un emprendimiento comercial de la Cancillería, que promueve la colocación de productos nacionales en el exterior.

¿Exportar? Nos suena. Acaso porque en el pasado –y quizá en el presente –estuvo vinculada a Martín Redrado, el ex vicecanciller ahora al frente del Banco Central. Es el primer dato concreto que aparece en la superficie mientras un grupo de tres periodistas argentinos degusta unos canapés. Unos metros más allá, unas señoritas, también argentinas, se esfuerzan para que todo esté en orden. Unos más acá, la reina de la Vendimia ofrece bocadillos parecidos. Es atendible: Mendoza se suma a Exportar en el emprendimiento. Trata de ubicar sus Malbec y Chardonnay en el mercado alemán.

Todo transcurre con normalidad, mientras otra joven que bien podría vivir en Palermo, en perfecto alemán, le ofrece un mate cocido con una galletita untada en dulce de leche a una anciana que, gustosa, acepta probar ambos productos made in Argentinien. En determinado momento, una de las anfitrionas que sabe de la condición de periodistas deportivos pregunta: “¿Vos lo conocés a fulanito de tal, que es de Puntogol?”. No sabemos a qué viene esa inquietud, pero si atamos cabos... ¿Exportar? ¿Puntogol? Agudizado el espíritu crítico, decimos: Negocios son negocios.

La empresa con nombre futbolero es la misma que controla los derechos comerciales de la AFA. También la fundó Redrado, según él, cuando no era funcionario del actual gobierno. Se lo aclaró una vez a este cronista en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Nadie ha desmentido hasta ahora que Puntogol le pertenezca a un empresario de apellido Martino, quien sería el socio que da la cara por otros socios, sumergidos de lleno en el fútbol: Julio Grondona (h.), el presidente de Arsenal de Sarandí, Julio Comparada, el de Independiente, y Alejandro Barrionuevo, el hijo del sindicalista gastronómico y ex mandamás de Chacarita.

¿Qué tendrán que ver Exportar y Puntogol en todo esto? Nada, o tal vez mucho. Los alimentos, el vino y el fútbol son caros al paladar argentino. Y se exportan.